La doctora María Fernanda González Medina subrayó que este proceso, solo mataría algunos microorganismos, pero no elimina los metales pesados.
Si usted quiere conservar la salud y evitar infecciones gastrointestinales, es importante que consuma agua embotellada de empresas y expendios certificados, ya que debido al estrés hídrico que sufre nuestro país, el agua que sale directamente de la llave no es potable -incluso aunque posteriormente sea hervida-, aseguró a Excélsior, María Fernanda González Medina, vocera de la Asociación Mexicana para la Correcta Hidratación A.C.
De acuerdo a la lista de 164 países que padecen un mayor estrés hídrico, elaborada por el World Resources Institute (WRI), México ocupa el lugar número 24 a nivel mundial.
La situación se agrava, porque aunque en México existe un sistema de potabilización del agua, la infraestructura hídrica está tan dañada que neutraliza el proceso de purificación, por lo cual, también en la preparación de los alimentos se debe utilizar agua embotellada.
Agua hervida no es potable
La también gastropediatra, señaló que es muy importante terminar con el mito de que “hervir el agua, la hace potable”, pues explicó que aunque se caliente a muy altas temperaturas, este proceso, solo mataría algunos microorganismos, pero no elimina los metales pesados.
Lo correcto es entender que debemos consumir agua que venga de un proceso de purificación que esté certificado y avalado para el consumo humano.
El agua que sale del grifo de mi casa, ponerla a hervir y consumirla no me va a garantizar que esté 100 % libre de sustancias que me dañen. A la mejor puedo matar la mayoría de los microorganismos, pero ¿qué hacemos con los metales pesados?”
Hervirla no garantiza que el agua tenga las características de que el agua sea segura para mi consumo porque puede tener sustancias tóxicas”, detalló.
Plomo, Mercurio y Cadmio son algunos de los metales pesados que contiene el agua potable en México, los cuales, con un consumo prolongado, podrían ocasionar toxicidad para el organismo, señaló la vocera de la Asociación Mexicana para la Correcta Hidratación A.C.
Dependiendo de los niveles de exposición, el consumir estos metales pesados nos puede generar una toxicidad, cuya acumulación puede desarrollar por ejemplo un proceso inflamatorio por exposición a toxinas.
Incluso algunos tipos de cáncer de vejiga se han relacionado al consumo de este tipo de sustancias a niveles más altos de los permitidos”, expuso María Fernanda González Medina.
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