Julio César López Patolzin es uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero, en septiembre de 2014. Se formaría como maestro normalista, al tiempo que estaba activo en el Ejército como soldado de infantería.

De acuerdo con el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, Julio César estuvo infiltrado en la escuela al menos dos años. “Era el responsable de informar de lo que acontece en las asambleas de la normal, de las movilizaciones de los estudiantes e incluso estaba informando de los actos preparatorios de la marcha del 2 de octubre”, dijo el funcionario en agosto pasado.

La boleta de aprobación de alta en el Ejército número 0317, de la que Latinus tiene copia certificada, señala que Julio César López ingresó el 16 de enero de 2009 como soldado en el 50/o. Batallón de Infantería, ubicado en Chilpancingo, Guerrero.

En el contrato de reclutamiento, firmado cinco años y ocho meses antes de su desaparición, López Patolzin declaró a la Sedena ser originario de Tixtla, Guerrero, tener estudios de bachillerato y haber nacido el 29 de enero de 1989. Este documento se encuentra entre los miles de correos electrónicos de la Sedena hackeados por el grupo “Guacamaya”.

Sedena pagó salario y nunca activó protocolo de búsqueda

Durante cuatro años, tras la desaparición, el Ejército entregó el sueldo de Julio César López Patolzin a su familia. Fue todo lo que hizo por su soldado. Nunca activó el protocolo para militares desaparecidos y mucho menos se inició una investigación para saber qué había ocurrido con él. Así lo reconoce la misma Sedena en la respuesta a una solicitud de información, donde asegura que “no se localizó expresión documental” sobre algún expediente abierto por el Ejército o la Fiscalía Militar por la desaparición del elemento.

El subsecretario Alejandro Encinas aseguró que, de haber intervenido, el Ejército pudo haber encontrado a Julio César y a los otros 42 estudiantes.

En la respuesta a la solicitud de información, la Sedena confirmó que “del 16 de septiembre de 2014 al 15 de septiembre de 2018 fueron pagadas 96 quincenas a la madre de Julio César López Patolzin, de conformidad con la tabla de haberes del personal militar de este instituto armado”. Sobre los comprobantes de los pagos solicitados, contestó que “no se localizó evidencia documental”.

Con el último pago, en septiembre de 2018, se inició el trámite de baja del ejército de Julio César López Patolzin. El oficio SA-B170D-20607, del que Latinus tiene copia, señala textual:

“Se ordena que con fecha dieciséis de septiembre de 2018, el Soldado de Infantería Julio César López Patolzin, causa baja como tal y de este Instituto Armado, por desaparición, comprobada esta circunstancia con las documentales antes citadas; por lo que al haber permanecido más de tres meses en tal situación, se ubicó en la hipótesis normativa de baja prevista en el artículo 170, fracción II, apartado C. de la referida Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos”.

En el mismo documento se señala que los padres de Julio César acudieron al batallón para informar la ausencia de su hijo y entregaron un escrito en el que manifestaron que “desde el 22 de septiembre del 2014, su citado hijo salió de su domicilio, sin tener conocimiento de él”.

De acuerdo con la evidencia 79 de la Recomendación No.15VG/2018 “Caso Iguala” de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Subprocuraduría de Derechos Humanos de la PGR pidió los antecedentes militares de los normalistas desaparecidos en Iguala. En el documento se cuestiona sobre si “Abel García Hernández y otros formaron parte de la Secretaría de la Defensa Nacional”.

La Fiscalía General de Justicia Militar respondió en el documento fechado en octubre de 2016 que la única coincidencia fue la de Julio César López y “en cuanto a las 42 personas restantes, NO se localizó ningún antecedente en el sentido de que hayan ostentado u ostenten personalidad militar”.

En octubre de 2015, el entonces Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, negó que López Patolzin fuera un soldado infiltrado en la normal de Ayotzinapa “hago la aclaración porque dicen que a lo mejor era alguien que estaba sirviendo de espía, en dos, tres meses que tenía ahí, pues no podía haber servido de nada”, dijo en entrevista.

Sin embargo, en agosto de 2022, el subsecretario Alejandro Encinas confirmó que sí cumplía labores de informante y su último reporte lo hizo el 26 de septiembre de 2014 a las 10 de la noche, horas antes de su desaparición.

Latinus

Conéctate con Formato7:

APUNTES | ¿Qué nos depara el 2023?