Los nuevos ensayos de la NASA están enfocados a gestionar el tráfico de taxis aéreos, así como su correcto uso en la vida cotidiana de los ciudadanos de a pie. Estos ejercicios de simulación prueban la seguridad y eficacia de estos taxis en el conjunto del espacio aéreo de la zona donde operen.

La NASA ha colaborado en un total de 10 ejercicios de simulación este año junto con el equipo de la Campaña Estadounidense de Movilidad Aérea Avanzada (AAM) para “examinar lagunas técnicas, operativas y normativas potencialmente imprevistas y definir el mejor uso de los recursos combinados para abordarlas”. Estas investigaciones, las cuales se hacen parte por parte, se realizan de cara a crear un ecosistema de movilidad aérea avanzada con su consiguiente moderna infraestructura.

Brad Snelling, el ingeniero de vuelo que dirige ciertas actividades del proyecto, afirma que “una gran ventaja de los simulacros de vuelo es que nos permiten analizar una misión completa desde un punto de vista holístico y examinar todas las piezas necesarias para que funcione. Las respuestas que surgen de estos ejercicios son las que permitirán que estas nuevas y revolucionarias formas de transporte funcionen en el mundo real”.

Partes del proyecto

En estas investigaciones son imprescindibles los componentes humanos. Por eso, se reúnen un desarrollador de vehículos, investigadores del área pública de Estados Unidos y proveedores de servicios del espacio aéreo para discutir sobre los procesos de automatización de dicho espacio. Aquí se somete al proyecto de taxi aéreo a un conjunto realista de condiciones que se darían en un plan de vuelo.

Las futuras operaciones de este proyecto de Movilidad Aérea Avanzada tendrán que ser dirigidas y supervisadas por trabajadores de la NASA y los anteriores desarrolladores del vehículo y gestores del espacio aéreo. Aquí se incluyen los tecnicismos del mismo vehículo, los puertos, las trayectorias de vuelo, el control de tráfico aéreo, la meteorología, los escenarios de detección y evasión y las comunicaciones por radio. Tras diseñar el plan de vuelo, tiene lugar la prueba de vuelo propiamente dicha para observar cómo entran en juego todas estas variables y detectar problemas -y sus posibles soluciones-.

Las dos fases del proyecto se realizaron espaciadas en el tiempo. La primera, de marzo a mayo, se centró en las posibilidades comerciales de los taxis aéreos y en cómo podrían comunicarse entre ellos o con los pasajeros, así como en los espacios de parking y en los obstáculos del aire. La segunda fase, de agosto a octubre, fue la que recogió los ejercicios prácticos de vuelo.

Resultados

La Campaña Nacional estadounidense de Movilidad Aérea Avanzada será la encargada de preparar el informe que a finales de este año expondrá lo aprendido de estas pruebas de vuelo. Así, se enfrentarán de manera más eficiente a los problemas y las operaciones efectivas podrán comenzar cuanto antes. La NASA compartirá estos datos y los utilizará para “informar las consideraciones de la comunidad y el desarrollo de normas para el futuro de la industria de la aviación”.

Según la propia NASA, el equipo de la Campaña Nacional “lidera los esfuerzos de investigación fundacional para aprender más sobre el rendimiento de las aeronaves, la automatización, la infraestructura y la integración del espacio aéreo. La Campaña Nacional refuerza el compromiso de la NASA para transformar la aviación mediante la reducción de su impacto ambiental, manteniendo al mismo tiempo la seguridad”.

aviaciondigital.com

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