Por Yair Ademar Domínguez
Iniciamos este nuevo año 2023 con una gran noticia de parte del presidente Andrés Manuel López Obrador: el monto de la pensión para los adultos mayores subirá un 25 por ciento, de tal manera que nuestros padres y abuelos recibirán 4 mil 800 pesos bimestrales del Estado Mexicano, como un reconocimiento a la aportación que hicieron con su trabajo al engrandecimiento de nuestra nación.
“Lo primero es la salud, que haya felicidad”, dijo el mandatario en su primera mañanera, para anunciar de inmediato esta gran noticia que llenará de alegría la vida de 11 millones 56 mil 534 adultos mayores. Este respaldo del gobierno federal representa, para muchas familias afectadas por la crisis económica internacional y los efectos de la pandemia del COVID-19, una verdadera tabla de salvación, un respiro, para solventar los gastos elementales.
Serán 339 mil 341 millones de pesos de inversión social de un gobierno que ha pensado siempre en los grupos más vulnerables de nuestra sociedad. De esta manera, como lo hemos dicho en otras ocasiones, se ha invertido la pirámide de atención que manejaba el neoliberalismo en los gobiernos del PRIAN. Ahí, en la cima estaban los ricos, los poderosos, el sector empresarial, los “influyentes”. Aquí no, aquí está la gente del pueblo y sobre todo los más vulnerables, las y los adultos mayores.
Sólo en enero de este 2023, se dispersarán 52 mil 589 millones de pesos. Se espera que en 2024 esta pensión de adultos mayores llegue a 6 mil pesos, lo que representó también una gran noticia. El incremento ha sido paulatino a lo largo del sexenio, en tanto el gobierno federal ha venido reordenando el gasto de gobiernos acostumbrados al despilfarro. Para muestra, un botón: de 3 mil 600 millones de pesos que se gastaban en presidencia, marcados en el presupuesto del 2018, en el año que terminó el gobierno de la austeridad apenas llegó a 500, lo que habla del compromiso serio del mandatario mexicano en la restricción del gasto y la prioridad que tienen para él los adultos mayores y el gasto social en general.
“¿Por qué soy optimista?”, le dijo en tono de pregunta a comunicadores este lunes, “porque tenemos todo ese bagaje, todo ese legado que nos guía y por eso tenemos un pueblo excepcional, un pueblo bueno, un pueblo fraterno, solidario, trabajador, ¿de dónde surge eso? ¿Así son todas las sociedades? No. En la mayoría de los pueblos del mundo hay humanismo y fraternidad, pero lo nuestro es algo excepcional, el humanismo mexicano y por eso creo que vamos a salir adelante, se va a consolidar nuestra economía este año, vamos a seguir creciendo, vamos a seguir manteniendo equilibrios macroeconómicos, vamos a tener buena recaudación, como no se permite la corrupción y lujos en el gobierno, el presupuesto nos va a alcanzar, rinde”.
Los datos están a la vista. En este gobierno, el presupuesto para los adultos mayores se ha duplicado en cuatro veces. Así que las palabras del mandatario mexicano están sustentadas en datos duros, en cifras correctas y los efectos se notan, se ven en los rostros de miles de familias que cada dos meses reciben un monto que les permite atender sus necesidades más elementales.
Por eso el 2023 pinta bien. El optimismo del presidente, que es nuestro optimismo, se basa en las acciones que está realizando, en el camino correcto, pero también, como él lo ha señalado, en la fortaleza cultural de nuestro pueblo, que ha sabido resistir a pandemias, a crisis económicas, a malos gobiernos, a huracanes y temblores. Pero hoy, llegó su hora, hoy está encima de la pirámide y le toca dirigir su destino, un destino de bonanza y prosperidad.
Que sea un gran año
Con esta primera entrega del año deseo a todos mis lectores un gran año. Estoy seguro de que así será, porque tenemos el ánimo, el coraje y la fortaleza para construirlo. La consolidación de la transformación de México, como ya lo hemos apuntado, será con nosotros o no lo será nunca. Sigamos caminando y transformando.
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