Científicos del Instituto del Cáncer Dana-Farber,en Estados Unidos, han desarrollado un fármaco que neutraliza potentemente el SARS-CoV-2, y tan eficaz contra la variante ómicron como para cualquier otra variante probada. El fármaco está diseñado de tal manera que la selección natural para mantener la infecciosidad del virus debería mantener también la actividad del fármaco contra futuras variantes.

El fármaco en investigación, según un estudio publicado en la revista ‘Science Advances’, no es un anticuerpo, sino una molécula relacionada conocida como ‘señuelo’ del receptor ACE2.

A diferencia de los anticuerpos, el señuelo ACE2 es mucho más difícil de eludir para el virus SARS-CoV-2, ya que las mutaciones en el virus que le permitirían evitar el fármaco también reducirían la capacidad del virus para infectar células. Los científicos de Dana-Farber hallaron la forma de hacer que este tipo de fármaco neutralizara los coronavirus de forma más potente en animales infectados con COVID-19 y de que su administración a los pacientes fuera segura.

Este informe llega en un momento en que los fármacos de anticuerpos utilizados para tratar el COVID-19 han perdido su eficacia porque la proteína viral de la espiga ha mutado para escapar a la acción de los anticuerpos.

Los investigadores, dirigidos por el primer autor James Torchia, y el autor principal Gordon Freeman, identificaron características que hacen que los señuelos ACE2 sean especialmente potentes y duraderos. Por ejemplo, descubrieron que cuando incluían una parte de la proteína ACE2 denominada dominio similar a la colectrina, el fármaco se adhería más fuertemente al virus y tenía una vida más larga en el organismo.

Sus experimentos demostraron que los señuelos ACE2 tienen una potente actividad contra el virus COVID-19 porque desencadenan un cambio irreversible en la estructura del virus: «revientan» la parte superior de la proteína viral de la espiga para que no pueda unirse al receptor ACE2 de la superficie celular e infectar las células.

El virus SARS-CoV-2 está cubierto de proyecciones denominadas proteínas espiga que permiten al virus infectar las células. La proteína espiga se une al receptor ACE2 de la superficie celular y luego se repliega, introduciendo la espiga en la célula, lo que permite la entrada del virus.

Los señuelos ACE2 atraen al virus para que se una al señuelo en lugar de a la célula, «reventando» el pico e inactivando el virus antes de que pueda entrar en las células. Esto explica la sorprendente potencia del fármaco: no sólo funciona como un inhibidor competitivo, sino que inactiva permanentemente el virus.

Dado que la unión a ACE2 es necesaria para la infección, las variantes pueden cambiar pero deben seguir uniéndose a ACE2, lo que hace que el fármaco sea persistentemente activo contra todas las variantes.

Los investigadores afirman que, además de tratar las variantes del SRAS-CoV-2 resistentes a los anticuerpos, el fármaco descrito en este estudio podría ser útil para tratar nuevos coronavirus que pudieran surgir en el futuro para infectar a los humanos. Esto se debe a que muchos coronavirus en la naturaleza preparados para entrar en la población humana también utilizan ACE2 para infectar células.

Aunque el fármaco, llamado DF-COV-01, aún no se ha probado en humanos, el desarrollo de la fabricación está casi terminado y se están realizando los estudios preclínicos necesarios para la aprobación reglamentaria, con el objetivo de avanzar el fármaco a ensayos clínicos.

infosalus.com

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