Metatool es un proyecto que investiga la capacidad de monitorización cerebral humana y la metacognición para su aplicación en robots con el fin de mejorar sus habilidades. Encabezado por el doctor Pablo Lanillos, del Instituto Donders para la Cognición en Países Bajos y el ingeniero Ricardo Sanz, de la Universidad Politécnica de Madrid, este proyecto une ciencias como robótica, neurología y arqueología para lograr que los robots sean capaces de inventar nuevas herramientas, como hicieron nuestros ancestros.
En el reportaje realizado por Emanoelle Santos para el diario español El País, se detallaron los objetivos que tiene el proyecto, así como sus participantes y presupuesto. Con un total de siete instituciones científicas y compañías europeas, el equipo fue financiado por el Consejo Europeo de Innovación con un total de cuatro millones de euros durante cuatro años.
Lanillos, quien inventó al robot Tiago, el primero con la capacidad de poderse reconocer en un espejo, coordina Metatool y explicó que la metacognición es la capacidad que tienen los humanos para medir si se puede o no realizar a una tarea, así como la evaluación de si lo que se produce es funcional y si provoca algún efecto en el mundo. El doctor del Instituto Donders lo resume con un ejemplo muy básico: “tú te das cuenta de que no puedes realizar una tarea y que con un objeto puedes hacerlo de una manera mejor”, expuso Lanillos. A grandes rasgos se trata de entender un problema e imaginar un objeto para resolverlo.
“Aún no existe una comprensión completa de la consciencia humana”
El coordinador de Metatool dejó muy claro el objetivo del proyecto, no se busca el desarrollo de una consciencia artificial: “lo que queremos son robots seguros, capaces de estar en las casas” y así mejorar lo que existe actualmente en el mercado de la robótica. “No replicamos la consciencia porque no la entendemos y no sabemos cómo hacerlo. También porque no la necesitamos”, añadió Lanillos. Nunca será posible tener la consciencia humana en un robot ya que eso aún está lejos de ser descubierto por la comunidad científica.
Otro ámbito importante y causal de preocupación en la comunidad internacional, son las dimensiones éticas en el desarrollo de las ciencias y de la tecnología, a lo que Lanillos comentó a El País que cuentan con una persona experta en ética, precisamente para que el desarrollo de tecnologías como esta pueda ser transmitida adecuadamente a la sociedad.
Finalmente, Lanillos resumió que la investigación inicial es para aplicaciones en laboratorio: “Al final de los cuatro años, el propósito es tener una demo para empresas tecnológicas y para el público en general, en el cual mostramos cómo un robot puede inventar una herramienta”.
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