Tomando como punto de partida el sistema de edición genética CRISPR, unos científicos han diseñado una nueva técnica con la que es posible recortar genes defectuosos y sustituirlos por otros nuevos, de una forma más segura y eficiente que mediante los métodos previamente disponibles.
Utilizando este nuevo sistema, el equipo de Omar Abudayyeh, del Instituto McGovern de Investigación del Cerebro, adscrito al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos, ha conseguido introducir genes de hasta 36.000 pares de bases de ADN en varios tipos de células humanas, así como en células hepáticas de ratones.
La nueva técnica, a la cual se le ha dado el nombre de PASTE, podría ser la clave para tratar enfermedades causadas por genes defectuosos con una gran cantidad de mutaciones, como la fibrosis quística.
La nueva técnica combina la muy precisa capacidad de selección de CRISPR-Cas9, un conjunto de moléculas derivadas originalmente de los sistemas de defensa bacterianos, con unas enzimas llamadas integrasas, que los virus utilizan para insertar su material genético en el genoma bacteriano.
Al igual que CRISPR, estas integrasas provienen de la guerra incesante que desde tiempos inmemoriales existe entre el bando de las bacterias y el de los virus que las infectan.
Otros miembros del equipo de Abudayyeh son Jonathan Gootenberg, Matthew Yarnall, Rohan Krajeski, Eleonora Ioannidi y Cian Schmitt-Ulms, todos vinculados al MIT.
Abudayyeh y sus colegas exponen los detalles técnicos de su sistema PASTE en la revista académica Nature Biotechnology, bajo el título “Drag-and-drop genome insertion of large sequences without double-strand DNA cleavage using CRISPR-directed integrases”.
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