A pesar de que la marcha no fue lo que se esperaba, el Presidente cumplió su propósito de sanar su ego herido por la resistencia social a favor de la permanencia del INE. Sin embargo, la resaca de la movilización morenista de ayer domingo ha dejado varias y valiosas lecciones.

La primera de ellas –y es lo que más preocupa al Presidente y su movimiento-, es que todos los asistentes a la marcha del INE son votos duros en contra de Morena. De eso, ni ellos mismos tienen la menor duda. Y todos son de la ciudad de México, lo que representa un gran riesgo de perder la capital del país.

En cambio, los asistentes a la marcha no ayer NO todos serán votos a favor de Morena. Miles de ellos, principalmente burócratas obligados o beneficiarios de programas sociales coaccionados, podrían haber participado en la marcha, pero también podrían dar un voto de castigo a Morena. Ayer mostraron el músculo, pero no necesariamente los votos.

Segundo. En la primera no hubo un solo acarreado; no hubo la intervención del gobierno federal o los gobiernos estatales de oposición; no hubo coacción de nadie, fueron ciudadanos los que salieron a caminar por su propio pie. El Presidente López Obrador y su corcholata favorita lo saben, por eso se ufanó de que él si utilizaría todos los recursos de su gobierno para acarrear a sus simpatizantes. Y así lo hizo.

Tercero. La marcha del INE se hizo de manera simultánea en varias ciudades del país y no se concentró en una sola como la de ayer. De haberlo hecho, la asistencia hubiera sido prácticamente la misma o aun mayor a favor del naciente movimiento en defensa del organismo electoral.

Cuarto. A pesar de que ayer marcharon por el corazón de la ciudad de México un millón 200 mil personas –según cifras oficiales-, esto ni siquiera garantiza que Morena vaya a poder retener el gobierno de la capital, luego del descalabro electoral del año pasado.

A la luz de ambas manifestaciones, la ciudad de México se aleja cada vez más de Morena. Todos los que marcharon el 13 de noviembre eran chilangos, los de ayer no.

Los miles que fueron de otros estados tampoco son representativos en cantidad. Por ejemplo, en el caso de Veracruz, con el número de asistentes no podrían ganar ni la presidencia municipal de Coatepec, aunque está claro que hasta ahora, a menos que el fenómeno chilango recorra como fantasma al resto del país, no tienen adversario que les pueda arrebatar al gobierno.

Es por eso que, a estas alturas del partido, enfrascarse en la discusión de cuántas personas marcharon ayer por el Paseo de la Reforma y se concentraron en un Zócalo deslucido, no importa; sobre quienes eran y la forma en que llegaron –o fueron llevados- hasta la capital del país, sobre si eran ciudadanos, beneficiarios de programas sociales o miles de burócratas forzados a tomar las calles de la ciudad, todo es absolutamente irrelevante.

No tiene sentido discutir cuál de las dos marchas, la organizada en defensa del INE y la impuesta por el presidente López Obrador para sanar su ego herido, fue más numerosa. ¡Qué más da si se gastaron cientos de millones de pesos en movilizar a su voto duro! En medio de un país absolutamente polarizado, un día después, las cifras son sólo anécdotas.

Lo realmente importante es que la gente empieza a decantar, con casi año y medio de anticipación, respecto de lo que decidirá con su voto el próximo domingo 2 de junio de 2024.

Y eso es lo que tiene verdaderamente apanicados al Presidente y a sus huestes.

Deuda pública y presupuesto de la UV, los escollos de la comparecencia de Lima Franco

Fiel a su estilo sobrio y discreto, el miércoles pasado el secretario de Finanzas del Estado, José Luis Lima Franco compareció ante el Congreso local con motivo de la Glosa del Cuarto Informe de Gobierno de Ciutláhuac García. El funcionario tuvo que sortear dos escollos predecibles: la deuda pública y el presupuesto de la UV.

En el primer caso, reconoció que la deuda actual del Estado es de 74 mil 159 millones 100 mil pesos. Dijo que al inicio de la administración estatal la deuda total que les heredaron era de 87 mil 207 millones 200 mil pesos, por lo que se ha logrado reducir más de 13 mil 048 millones de pesos. Insistió en que es el único gobierno en más de 20 años que reduce la deuda.

Del presupuesto de la UV, Lima Franco aseguró que “los ingresos del estado, las participaciones federales, más los ingresos fiscales, es decir los ingresos propios, son alrededor de 50 mil millones de pesos, vamos a respetar estos porcentajes que están en la Constitución, con base en ello se hizo la reforma y hemos cumplido con organismos autónomos, entre ellos la UV”. La Universidad dice que tiene otros datos.

No es un tema zanjado, toda vez que será el Congreso local quien tome la decisión final, y con ello, el costo político.

La ratonera

En caso de perder ante Arabia Saudita, la selección mexicana de fútbol ya tiene planeado su regreso a nuestro país con llegada al aeropuerto internacional Felipe Ángeles, seguros que están