Un nuevo análisis realizado por un equipo internacional de investigadores proporciona una fuerte evidencia de que un conjunto de formaciones rocosas de 3.480 millones de años de antigüedad, halladas en Australia Occidental, son en realidad estructuras de origen biológico y no el resultado de procesos abióticos. Serían los restos fosilizados de agrupaciones microbianas conocidas como estromatolitos: de confirmarse, se trataría de la forma de vida más antigua identificada en nuestro planeta.
Un estudio dirigido por el Dr. Keyron Hickman Lewis, del Museo de Historia Natural del Reino Unido, emplea una variedad de técnicas analíticas de alta resolución para establecer los orígenes biológicos de los estromatolitos más antiguos de la Tierra, ubicados en la Formación Dresser, en el oeste de Australia. La investigación ha sido publicada en la revista Geology y postula que estas extrañas rocas, de 3.480 millones de años de antigüedad, son en realidad estructuras microbianas de origen biológico.
Según una nota de prensa, la comunidad geológica ha debatido extensamente sobre los orígenes de los estromatolitos más antiguos: algunos científicos creen que se forman a partir de reacciones químicas entre la roca y el medio ambiente, o sea un proceso abiótico, mientras que otros investigadores proponen que es un proceso biológico, por lo que se convertirían en las formas de vida más antiguas identificadas hasta el momento en nuestro planeta.
Origen biológico
Los estromatolitos son estructuras rocosas laminadas formadas por la mineralización de capas secuenciales de microbios. Hay ejemplos modernos, pero en las formaciones australianas se encuentran los casos más antiguos. Luego de obtener imágenes de las microestructuras en estas rocas, el equipo de científicos pudo investigar el crecimiento, la formación, la mineralización y la conservación de los estromatolitos más antiguos de la Tierra. Vale aclarar que no se hallaron microfósiles ni materiales orgánicos, sino estructuras mineralizadas con muchas características consistentes con la vida biológica.
Por ejemplo, los investigadores consideran que una característica biológica de los estromatolitos son sus laminaciones abovedadas y su estructura superficial: dicha topografía es indicativa de un crecimiento biológico, porque las distintas formas de vida tienden a crecer hacia una fuente de nutrientes, en este caso en dirección hacia la luz solar.
Una segunda condición biológica son las estructuras en empalizada, que se forman como resultado del crecimiento microbiano en los organismos modernos. Este tipo de crecimiento fue observado en las muestras de estromatolitos de la Formación Dresser, y son consistentes con los procesos de crecimiento de organismos fotosintéticos. Las características indicadas y otros aspectos relacionados llevaron a los investigadores a concluir que los estromatolitos más antiguos tienen en realidad un origen biológico.
Vida en Marte
Por otro lado, el entorno de la Formación Dresser durante la formación de los estromatolitos, hace casi 3.500 millones de años, era muy similar al que habría existido en los bordes del cráter Jezero, en Marte. Hace más de 3.000 millones de años, este cráter habría albergado un enorme lago, que potencialmente podría haber proporcionado un hábitat para la vida marciana.
Al comprender las morfologías y microestructuras de los estromatolitos antiguos en la Tierra, los científicos estarán mejor equipados para identificar muestras similares en la superficie marciana, que también podrían albergar signos de vida antigua. El nuevo estudio también proporciona ideas sobre las estrategias analíticas que se podrían aplicar cuando se traigan muestras marcianas a la Tierra en la década de 2030: incluso, los investigadores resaltaron que su enfoque y técnicas son similares a las utilizadas por el rover Perseverance de la NASA en su exploración del planeta rojo.
Tendencias21