Una piel áspera, un apetito voraz y una sed insaciable que parecía ser la causa de que cada noche su sueño fuera interrumpido para levantarse a orinar, fueron las primeras señales para “Raquel”, una de las más de mil personas que cada día han sido diagnosticadas con diabetes mellitus en México, este año de repunte en el padecimiento.
“¡Ay!, no pasa nada, muchos tienen diabetes y siguen vivos y comen de todo”, fue uno de los comentarios que llegó a escuchar, pero sí “pasan cosas”, y muchas.
Con apenas 29 años de edad, la joven ya mantiene un cuidado “casi compulsivo” en los pies, no sólo por las callosidades que se forman, sino porque una uña enterrada o una mínima herida, pero atendida inadecuadamente, podría derivar en comprometer su movilidad y hasta su vida.
Una de las consecuencias de la diabetes puede ser un fallo a nivel arterial que complica el flujo sanguíneo, sin el cual una lesión no puede recibir oxígeno para sanar, lo cual abre la posibilidad a una infección.
.Cuidar su alimentación es controlar los niveles de azúcar y cada rincón de su cuerpo, pues una “salida de la vía” también arriesga el funcionamiento de órganos como el páncreas, los riñones o hasta el sentido de la vista.
“La graduación de mis lentes comenzó a cambiar de forma muy rápida durante los últimos tres años y creía que era normal hasta que la última vez que fui me dijeron: ‘¿no sientes que han sido muchos cambios?’. Yo no le había tomado importancia, pero me sugirieron hacerme un examen de laboratorio y los resultados no eran muy buenos… Terminé yendo con un endocrinólogo que ya fue el que me dijo que nada andaba bien con mi salud”, contó la joven.
La Federación Internacional de la Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés) enlistó en el 2021 a México como el segundo país de la región de Norteamérica y el Caribe con más personas diabéticas entre los 20 y 79 años: 14.1 millones, el 36.8 por ciento arriba de los 10.3 millones que indicó la IDF en el 2011.
Datos preliminares de la Secretaría de Salud (Ssa) arrojan 394 mil 750 casos de diabetes mellitus notificados entre enero y hasta el 29 de octubre de este 2022, lo que además de reflejar un ritmo de mil 307 diarios, indica 20.2 por ciento más que en el periodo similar del 2021, cuando se contabilizaron 328 mil 162.
El Sistema de Vigilancia Epidemiológica Hospitalaria de Diabetes Mellitus tipo 2 señala que hasta el 3 de octubre del 2022 hubo 24 mil 754 ingresos hospitalarios, de los que el 51.7 por ciento se dio en mujeresy 48.2 en hombres.
El mismo reporte detalla que cinco mil 292 tuvieron un diagnóstico de ingreso de pie diabético y otros procesos infecciosos.
Las estadísticas en cuanto a muertes exponen que, del total, hubo mil 885, de las que el 33.7 por ciento —636— fueron por procesos infecciosos y 11.3 por ciento —213—, por enfermedad cardiovascular.
En el informe se advierte sobre la necesidad de identificar las causas de falta de notificación y fortalecer las acciones en todos los estados, para poder generar un panorama más amplio que contribuya y oriente a la toma de decisiones.
El país cuenta con un plan para prevenir y controlar el sobrepeso, obesidad y diabetes, para la cual se autorizó un gasto de 399.8 millones de pesos para ejercer hasta el tercer trimestre de este año, de los que ya ha erogado 399.7 millones.
Sin embargo, el cumplimiento presupuestario no ha eximido de que la estrategia haya sido sujeta a consideraciones negativas por parte de organizaciones que evalúan su aplicación.
El índice de Desempeño de los Programas Públicos Federales (Indep) 2022, de la Agenda para el Desarrollo, AC, ubicó a este plan contra la diabetes y sobrepeso dentro del apartado al que denominó “la caja negra del gasto social federal”.
En este rubro fueron enlistados 18 programas presupuestarios por registrar problemas de opacidad, dado que “no reportan información sobre avances de cobertura y se desconoce si la población que atendían fue absorbida por otros programas o si no se realizó la provisión de bienes o servicios contemplados”.
A pesar de que esta estrategia figura en una lista que la destaca por no rendir cuentas sobre resultados obtenidos, el próximo año recibirá 5.8 por ciento más que lo presupuestado para este 2022, aun cuando los niveles de diabetes van al alza en el país.
A Raquel no le falta la metformina que debe tomar dos veces por día; sin embargo, consumir el medicamento no es el único paso que debe seguir “religiosamente”, pues de forma paralela debe cuidar su alimentación, lo cual a veces se complica por el ritmo de vida que lleva.
“Trabajo, estoy estudiando aún y, aunque no tengo hijos, debo hacerme cargo de varias cosas en casa que al final del día siento que me faltan horas y manos para terminar todo. Con esto me queda poco tiempo para cocinar lo que debo comer y más de una vez he tenido que comprar gorditas, quesadillas o comida de tiendas que me resulte más fácil… A veces, por mucho que uno quiera cuidarse, pues no se puede y así vivimos”, manifestó.
La Razón de México
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