Se puso bueno el “guateque”. Resulta que el sábado la corcholata mayor y carnala de Alex Lora, Claudita Sheinbaum se destapó por enésima vez, ahora con el pretexto de un foro municipalista en el que los chilangos les dieron cátedra a más de mil 500 alcaldes y ediles provincianos de cómo gobernar. ¡Ah cabrón!
Fue un foro municipalista chairo, fifí y juarista. ¿Cómo es posible? Fácil. Lo chairo resultó el incienso intenso que le quemaron al mesías tropical, a quien no le ven pecado cometido y cuyo gobierno de cuatro años ha sido casi milagroso. ¡Sólo le falta caminar sobre las aguas de Dos Bocas!
Lo fifí fue porque resulta que el evento que juntó a más de 2 mil feligreses y conversos –funcionarios de la Cdmx, diputados federales y locales, presidentes municipales y ediles de los 22 estados que gobierna Morena- lo hicieron ni más ni menos que en el hotel ¡Hilton de Reforma! El evento costó una millonada, así que la austeridad no es lo suyo. Nunca lo ha sido.
Y juarista porque después de la ‘conferencia magistral’ de la Sheinbaum –que no fue otra cosa que otro acto de cargada en su favor con la misma cantaleta lopezobradorista-, se fueron a sacar la fotografía oficial al hemiciclo a Juárez, ahí en la Alameda central, lo que provocó un desmadre que Dios guarde. Un simbolismo inútil.
La crónica del turismo morenista dejó varias e interesantes lecturas. Para el caso de la aldea, quizá lo más importante es que la delegación jarocha, si no fue la más numerosa, al menos sí fue la más jacarandosa. Y conste que sólo fueron unos cuantos porque el resto andaba en la instalación de la Mesa Directiva del Congreso local y en los preparativos de la asamblea estatal de Morena.
Ahí estaban muy sentaditos los alcaldes de norte a sur, principalmente los de la corriente cisnerista: Pánuco, Tuxpan, Xalapa –a don Ricardo no se le veía muy cómodo y en cuanto pudo hizo graciosa huida-, Coatepec, Minatitlán y Coatzacoalcos, por chismear sólo de algunos. No huno nadie del huertismo.
Es cierto que en la aldea traen un pleito de perros, pero frente a los chilangos y el resto del país se ve un morenismo veracruzano fuerte. Tanto que la Sheinbaum tardó horas en la banqueta sacándose fotografías con los ínclitos presidentes municipales jarochos.
Por cierto, ahí viene el otro dato. Es notable la fragilidad de la seguridad personal de quien se asume como la segura candidata presidencial. Su llegada y salida al hotel fue un verdadero desmadre, donde no hubo personas lastimadas de milagro.
La cargada, al más viejo y genuino estilo priista, llevó en vilo a una pobre mujer que no sabía qué hacer ante la marea humana que la arrastraba. Sin protocolos de emergencia ni círculos de seguridad, el precario cuidado que le dan a la Jefa de Gobierno de la ciudad de México evoca peligrosamente al candidato Colosio.
Ahí en la Alameda, lo mismo. Luego de que la muchedumbre se dispersó, prácticamente cualquiera podía llegar a la corcholata mayor sin mayor impedimento que abrirse paso entre dos o tres personas que buscaban la fotografía del recuerdo. Lo pudo hacer incluso un pobre vendedor ambulante en su silla de ruedas.
En un país tan polarizado, tan enconado, tan violento, están desafiando al destino.
El otro dato que llamó la atención es que la nomenclatura de Morena no luce emocionada. Ni siquiera la candidata oficial. La sonrisa de la Sheinbaum se ve forzada y su hartazgo es cada vez más evidente. Tal vez le esté pasando lo que a Cuitláhuac en Veracruz: terminará cumpliendo el sueño de muchos, pero no el suyo: gobernar al país.
Acaso un puñado de matraqueros, como en las bufaladas priistas, son los que gritan “Presidenta”, “Presidenta”, pero nadie más los acompaña, así que el tímido rugido se desvanece rápidamente. Y en medio del discurso oficial, surge la otra proclama: “Es un honooor, estar con Obrador”, “Es un honooor, estar con Obrador”. Ningún funcionario municipal morenista se suma a la arenga. Todos guardan silencio con discreción. El silencio se vuelve frío.
Tal vez ese desánimo en la propia tropa morenista es el que tiene obsesionado al presidente en irse en contra del INE. Sabe que la elección no será sencilla, que tendrá que lidiar en contra de los propios morenistas, contra amplios sectores sociales que lo apoyaron pero que hoy aguardan con impaciencia cobrar venganza. Y lo peor, que no tiene una candidata convencida de serlo.
Claudia Sheinbaum no inspira; es frágil, su mirada es triste y su voz apagada. Oye, pero no escucha. Miles de saludos, de peticiones, de comentarios se pierden en el bullicio ensordecedor. No sabe cómo salir de la marabunta.
Tal vez nunca le preguntaron si quería ser presidente.
Maestros veracruzanos doblan al gobierno estatal
El fin de semana se armó un san Quintín porque resulta que el gober salsero prometió a los profesores del estado que les iba a subir el sueldo y naranjas. Luego de varios meses, los ínclitos maestros decidieron hacerla de tos y apretar al gobierno para que, en día de muertos, tomen chocolate y les paguen lo que les deben.
Pero desde los sótanos del palacio, el diablo quiso meter la cola y filtró que el gobierno pediría un préstamo bancario para pagarle a los maestros lo prometido desde mayo. No sólo es el aumento, sino todo el billete retroactivo, lo que son millones de pesos en salarios no devengados.
Y quisieron cargarle el ataúd a la Secretaría de Finanzas, señalándola como responsable de la falta de dinero y la decisión del préstamo. Aunque en realidad, y es público, a fin de año siempre se pide una lana para pagar aguinaldos, dinero que se va pagando en el transcurso del año.
Ya entrada la tarde hubo humo blanco. Cuitláhuac anunció que el gobierno federal le va a entrar al quite y antes de la primera quincena habrán pagado lo que deben. ¿Acaso fue una ocurrencia para salir al paso? Es fácil saberlo. Los préstamos deben registrarse ante la SHCP y por tanto son públicos.
Hoy José Luis Lima estará en México para obtener la garantía por parte de la Federación. Sin embargo, los profesores no estarán en paz hasta que tenga su billete en el bolsillo y pasen una feliz navidad.
La ratonera
El gobierno no tiene dinero. Las reservas del ISSSTE y del IMSS, más fondos de las Siefores y ahorros para vivienda, están en riesgo por la reforma que permitirá a Hacienda disponer discrecionalmente de los activos financieros del Gobierno federal. Dicen que las pensiones están a salvo. Lo mismo dijeron de los fideicomisos.