Investigadores de las Universidades de Huelva y Cádiz y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han diseñado un nuevo tapón de corcho para vinos espirituosos resistente a la torsión y con propiedades viscoelásticas mejoradas.
El tapón se adecúa al cuello de la botella una vez descorchada y permite cerrarla nuevamente sin sufrir desgaste de material ni afectar a las propiedades organolépticas de este licor, como su olor o su sabor, ha informado la Fundación Descubre en un comunicado.
El corcho que compone este nuevo tapón es aglomerado y contiene tejido vegetal triturado y prensado unido con aglutinantes, que puede ser adhesivo u otros componentes que facilitan su compactación. Además reúne propiedades mejoradas frente a otros tapones que ya se encuentran en el mercado: ligeros, impermeables, adherentes, flexibles o viscoelásticos.
«El corcho natural para el envasado se ha dejado de usar en la industria vitivinícola porque el aglomerado tiene propiedades viscoelásticas que facilita el descorche y posterior cierre de la botella nuevamente. Con ello se obtiene un producto de calidad que cumple con los estándares de envasado del sector», ha explicado Miguel Suffo, investigador de la UCA y autor principal del estudio.
Para llegar al nuevo tapón los expertos estudiaron, en una primera fase, tres muestras de productos comerciales de empresas líderes del mercado vitivinícola actual a ciegas.
Una vez recabaron toda la información, analizaron cinco prototipos de tapones mediante pruebas físicas y químicas, comprobaron su comportamiento estático y dinámico ante el cambio de temperaturas y probaron su torsión y viscoelasticidad.
En una segunda fase analizaron cinco nuevos prototipos creados a partir de los resultados iniciales: «Estos tapones contenían corcho aglomerado y los sometimos a una nueva serie de ensayos específicos para evaluar su respuesta. Observamos que las propiedades físico-termomecánicas como la vsicoelasticidad, la humedad, la rigidez o la resiliencia de estas piezas eran idóneas para la selección del tapón que buscábamos», ha asegurado Suffo.
En la tercera y última fase, los expertos volvieron a identificar y probar nuevos prototipos fabricados con los resultados alcanzados en análisis previos. Los resultados obtenidos, evaluaron qué parámetros coincidían en los tapones, como la densidad aparente, la resistencia a la humedad, la rigidez, la capacidad de torsión.
Tras compararlos, concluyeron que una de las muestras diseñadas reunía las propiedades de los primeros tapones analizados, aquellos que ya están en el mercado: «Hemos conseguido un modelo que puede competir con las mismas propiedades que los iniciales y presentan además otras características que lo hacen más resistente».
Tras realizar este trabajo, los investigadores estudian la viabilidad de emplear subproductos como serrín de corcho como compuesto alternativo al plástico que forman las coronas de tapones hechos de este material.
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