Si bien ningún ex alcalde veracruzano entregó cuentas perfectamente limpias, a juzgar por las observaciones del Órgano de Fiscalización Superior del Estado, ORFIS, en las auditorías a los ejercicios 2019, 2020 y 2021, el caso de Alvarado llama la atención por el monto del presunto daño patrimonial que heredó Bogar Ruiz Rosas.

En la revisión al ejercicio de 2021, el órgano auditor emitió 29 observaciones; 18 de carácter financiero presupuestal y 11 más producto de la revisión técnica a la obra pública.

El presunto daño patrimonial detectado a ese ayuntamiento es superior a los 79 millones 545 mil pesos, de acuerdo con el dictamen del ORFIS.

Es una fortuna, considerando que durante 2021, el ayuntamiento de Alvarado ejerció un presupuesto de 250 millones de pesos. En pocas palabras, el destino de uno de cada tres pesos de que dispuso el gobierno de Bogar Ruiz es, por decir lo menos, incierto. El presunto daño se ubica en el 32 por ciento del presupuesto anual.

Ese es el tamaño de las irregularidades que dejó Ruiz Rosas en un municipio cuyos habitantes han sufrido por pésimas administraciones municipales, que han dejado en la bancarrota al ayuntamiento.

Alvarado está igual o peor que hace 10 y 20 años: no hay obra y el retraso es evidente. En estas dos últimas décadas, Octavio Ruiz Barroso y Bogar Ruiz Rosas se han repartido la parcela; el resultado, años de atraso.

En cuanto Ruiz Rosas, el ex alcalde tendrá que solventar las observaciones que por 79.5 millones de pesos emitió el ORFIS a la Cuenta Pública de 2021.

Eso sin contar las 22 observaciones a las cuentas de 2020, mismas que representaron un monto de casi 57 millones de pesos en presunto daño patrimonial.

No es todo: en 2019, a Bogar Ruiz le detectaron un presunto daño por 86.8 millones de pesos en las revisiones a las cuentas de dicho año; en tanto que el monto de las observaciones al ejercicio de 2018 superó los 5.5 millones.

En los cuatro años de su administración, Ruiz Rosas acumuló un presunto daño patrimonial por cerca de 229 millones de pesos.

Con esos números y esos señalamientos por las irregularidades en el manejo de los recursos, es fácil entender el atraso de un municipio cuyos recursos habrían sido saqueados de esa forma.

Es un tema, el de las observaciones del ORFIS, al que deberá responder el ex alcalde Bogar Ruiz; la ex síndica, Josefa Fuentes Santos, una enfermera que trabaja en una clínica rural del IMSS en la comunidad de El Bayo; el ex tesorero, Fabián Méndez Vera, quien habría sido recomendado por un alto funcionario del gobierno estatal; y el ex director de Obras Públicas, Daniel Villalobos Morales, hijo del músico y ex alcalde de Paso de Ovejas, del mismo nombre.

El ex responsable de la obra en Alvarado, por cierto, actualmente ocupa el mismo cargo, pero en el Ayuntamiento de Tlapacoyan, con el alcalde morenista Salvador Murrieta Moreno.

Entre 2021 y 2021, sólo la obra pública de Alvarado generó un presunto daño patrimonial por 33.2 millones de pesos, de acuerdo con los informes del ORFIS a dichas cuentas públicas. A ver si no se repite la historia a 260 kilómetros de distancia, en el municipio de Tlapacoyan.

@luisromero85