Un estudiante de la Facultad de Ciencias Biológicas de una Universidad en Sydney redescubrió una cucaracha carnívora y sin alas, exclusiva de la isla Lord Howe de Australia, que se consideraba extinta desde la década de 1930.

El hallazgo ocurrió el pasado julio, cuando el joven llamado Maxim Adams se encontraba explorando North Bay, una playa aislada de arena blanca a la que solo se puede acceder a pie o por el agua, junto al científico Nicholas Carlile.

De esta forma, como parte de las investigaciones el estudiante levantó una piedra que se encontraba debajo de un árbol de higuera de Bengala, dando así con la especie que se creía extinta.

“Durante los primeros 10 segundos más o menos, pensé ‘No, no puede ser’”, comentó Maxim, de acuerdo con la agencia de noticias Europa Press, pues tras este primer hallazgo encontraron familias completas de cucarachas carnívoras.

Estos insectos, que se alimentan de la madera de la isla de Lord Howe, en algún punto se extendieron por todo el archipiélago; sin embargo, en 1918 llegaron ratas a la isla, por lo que tiempo después se consideraron extintas.

Lo anterior, debido a que décadas más tarde continuó la búsqueda de la cucaracha carnívora; sin embargo, solo se habían encontrado poblaciones dispersas de parientes cercanos.

Así, este redescubrimiento resulta muy interesante, pues los insectos encontrados por el estudiante tienen una genética diferente a las demás poblaciones de cucarachas en la isla.

“La supervivencia es una gran noticia, ya que han pasado más de 80 años desde que se vio por última vez”, dijo el presidente de la junta de la isla Lord Howe, Atticus Fleming, de acuerdo con el portal de noticias Eureka Alert.

La cucaracha sin alas mide entre 22 y 40 mm de largo, cuenta con un color metálico en su cuerpo que puede ir del rojo al negro; además, son fundamentales para mantener un ecosistema saludable en la isla.

Esto debido a que ayudan a acelerar la descomposición de los troncos y son fuente de alimento para otros animales. De esta forma, el profesor Nathan Lo, jefe del Laboratorio de Ecología Molecular, Evolución y Filogenética (MEEP) dijo que aún había mucho que aprender.

“Esperamos estudiar su hábitat, comportamiento y aprender más sobre cómo lograron sobrevivir, a través de más experimentos en la isla”, comentó, ya que incluso estas cucarachas han desarrollado una genética única.

Reporte Índigo

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