Prefacio.
En política –al menos en la mexicana- mentir es un arte. *** En Veracruz hemos tenido extraordinarios exponentes en esa materia. Adolfo Ruiz Cortines fue uno de ellos. *** Es muy conocida aquella anécdota en la que su paisano y compadre, su secretario de Gobernación, Ángel Carvajal, se asumía ya como el candidato del presidente. Sin embargo, en la víspera del “destape”, el presidente se inclinó por Adolfo López Mateos. *** Enterado de la decisión tomada por el presidente, Ángel Carvajal se presentó en su oficina para reclamarle lo que consideraba una burla de su parte. *** Sin embargo, antes de que pronunciara una sola palabra, Ruiz Cortines se le adelantó y con los brazos abiertos le dijo: “No me digas nada, ya lo sé todo, ¡nos chingaron compadre!”. *** Otro con una habilidad insuperable al momento de mentir era Fidel Herrera Beltrán. Quienes lo conocieron y cayeron en sus trampas (“fideliñas”, las bautizaron) terminaron por admitir: “Te chinga, pero te deja contento”. *** Así pues, mentir en política tiene su chiste. Hay que saber hacerlo. No puede el gobernador salir a decir que el encontronazo entre elementos de la Policía Ministerial y de Seguridad Pública “no ocurrió” y que en realidad ambas corporaciones “trabajaron de manera coordinada para detener a los presuntos delincuentes”. *** No puede salir a exponer esa versión, mientras de la Fiscalía sale otra historia, en la que la captura de los agresores se le atribuye al personal de la Policía Ministerial, sin hacer la menor mención al “auxilio” de los policías uniformados. *** No puede salir el gobernador a decir eso, sin “pasarle copia” al alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued, quien al ser interrogado por la prensa terminó admitiendo que había habido “una confusión” entre la policía estatal y los ministeriales. *** Decir la verdad no es lo suyo, pero tampoco la mentira se le da muy bien.
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Frente a los problemas inherentes a su avanzada edad, la cercana conclusión de su período presidencial y la generalizada percepción de que enfrenta severos problemas de salud, a la magistrada presidente del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz, la septuagenaria Isabel Inés Romero Cruz, se le está desplomando el Poder Judicial.
No tiene dinero, porque no se defendió en su momento de la mañosa “interpretación” hecha por el Ejecutivo para el concepto de “presupuesto general”.
No tiene, tampoco, control sobre la administración de los recursos de la institución, porque con tal de alcanzar la anhelada presidencia (y con ello garantizar un retiro con la más alta percepción) entregó el control financiero a su benefactor, el gobernador de Veracruz.
Donde se puede mover un poco más es en el Consejo de la Judicatura, y en la adscripción de los jueces, pero incluso ahí está bajo las órdenes del secretario de Gobierno, Éric Cisneros y tiene la instrucción de favorecer todas las actuaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Una muestra de su inoperancia, incluso en la administración de justicia, es lo sucedido en Córdoba, en el Juzgado Cuarto de Primera Instancia especializado en materia familiar. El juez Édgar Gutiérrez Gómez, se vio obligado a “excusarse” de resolver un caso que llegó a sus manos, pues la abogada litigante había presentado previamente una denuncia penal en su contra, por los delitos de acoso sexual.
La denuncia de la abogada en contra del juez ya está en el Consejo de la Judicatura, y a pesar de ello, se le permitió al juzgador continuar con sus labores, cuando lo procedente era retirarlo temporalmente hasta que se resolviera su expediente. No haberlo hecho provocó que se topara con un asunto en el que se configuraba el conflicto de intereses.
La reubicación de juzgados que ha emprendido la magistrada Romero Cruz encendió ya las luces de alerta entre las organizaciones de abogados, pues tal medida está generando aún más caos y rezago de los que ya existían.
El presidente del Foro Liberal de Abogados de Veracruz en Orizaba, Marco Antonio Nicolás Lara, dijo que el Consejo de la Judicatura ordenó el cambio de denominación del Juzgado Cuarto de Primera Instancia de Orizaba por el de Juzgado Cuarto de Primera Instancia Especializado en Materia Familia.
Lo extraño del caso, dijo, “es que ordenaron la transformación de un inmueble que lleva dos días sin servicio de energía eléctrica por falta de pago”.
Isabel Inés Romero pasará a la historia como la magistrada presidente que puso al Poder Judicial como alfombra del Poder Ejecutivo, que admitió públicamente que recibía órdenes del gobernador y que se otorgó privilegios a ella misma, que les negó a otros magistrados, como la posibilidad de continuar ejerciendo sus funciones a pesar de haber rebasado la edad límite.
Y si todo eso no fuera suficiente para manchar su expediente, no sería exagerado considerar la posibilidad de que, una vez que deje el cargo, se le abran varios expedientes penales por su desastroso –y en muchos casos ilícito- desempeño.
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Epílogo.
Pero si el Tribunal Superior de Justicia pasa por la peor de sus crisis, el Tribunal Estatal de Justicia Administrativa (TEJAV) anda por los mismos pasos. Su burocracia y tortuguismo están generando severos dolores de cabeza. *** Como ejemplo, ahí está el caso de la abogada Wendy Rodríguez, quien presentó una demanda por despido injustificado desde el 16 de agosto ante el TEJAV (lo que quedó registrado con el número de juicio 684/2022/3ª) y hasta la fecha, casi mes y medio después, ni siquiera han emplazado a las autoridades demandadas. *** Una triste pérdida para el gremio periodístico. Falleció don Miguel López Azuara, quien titular de Comunicación Social del gobierno de Veracruz, en la gestión de Patricio Chirinos. *** Miguel Melchor López Azuara nació en Tuxpan, fue reportero, columnista, editor y subdirector editorial en diversos medios nacionales como Excélsior y Proceso. *** Fue director de Información y difusión de Notimex, de la Secretaría de Relaciones Exteriores y coordinador de Comunicación Social de la Cámara de Diputados y de la Presidencia de la República, en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. *** Y en esta entidad, en la que ya se logró “domar” a la delincuencia, la tarde de este miércoles fue asaltada la tradicional sastrería “Paredes”, en Coatzacoalcos. Los delincuentes asesinaron al propietario, don Francisco Javier Paredes Zarate y a un empleado que se encontraba en el negocio.
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