Los científicos han desarrollado una nueva técnica que consiste en inyectar células hepáticas de un donante en los ganglios linfáticos de los receptores enfermos, propiciando la creación de órganos en miniatura completamente nuevos. Estos mini hígados deberían ayudar a compensar a personas con enfermedades hepáticas devastadoras, que no son elegibles para trasplantes. La tecnología ha demostrado ser efectiva en ratones, cerdos y perros: ha llegado el momento de comprobar si funciona en el ser humano.

Una firma estadounidense especializada en biotecnología, LyGenesis, ha desarrollado una nueva técnica que promete concretar una verdadera revolución: permitiría desarrollar nuevos órganos en el cuerpo humano en los casos en los cuales los trasplantes no son una posibilidad real. De esta manera, las personas que sufren una enfermedad que está directamente relacionada con un órgano defectuoso podrían revertir su situación, gracias a esta nueva tecnología.

Nuevos órganos para una nueva vida

Según un artículo publicado en MIT Technology Review, una publicación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), los investigadores ya probaron con éxito su enfoque en animales, concretamente en ratones, cerdos y perros, como lo establecen dos estudios publicados en las revistas Nature Biotechnology y Science Advances. Ahora, comenzarán a aplicar la técnica en voluntarios humanos.

En breve, una persona con una enfermedad hepática terminal recibirá células del hígado de un donante sano en sus ganglios linfáticos. Al parecer, si la técnica funciona igual que en los animales, esto permitirá el desarrollo de un pequeño nuevo hígado, que comenzará a colaborar en la recuperación del paciente al suplantar las funciones que lleva adelante un hígado sano. Posteriormente, si los resultados son positivos, otros voluntarios recibirán dosis mayores de células hepáticas, haciendo que convivan hasta con seis nuevos hígados en sus cuerpos.

Se sabe que los hígados tienen una capacidad única para regenerarse: al cortar la mitad de un hígado de un animal, el mismo volverá a crecer paulatinamente. Los hígados humanos dañados por toxinas o alcohol generalmente también pueden volver a crecer y recuperarse. Pero algunas enfermedades pueden causar daños extensos, derivando en que el hígado no pueda recobrar su funcionamiento normal. Para estas enfermedades severas, el único tratamiento posible es un trasplante de hígado.

Sin embargo, los trasplantes no siempre son una opción factible para las personas que están gravemente enfermas: frente a esto, el equipo de LyGenesis, dirigido por Eric Lagasse, un biólogo especialista en células madre de la Universidad de Pittsburgh, ha investigado durante 10 años nuevas técnicas basadas en células orientadas al tratamiento de enfermedades hepáticas, con prometedores resultados en pruebas con animales.

¿También con otros órganos?

Las células de los pacientes sanos se incorporan en los ganglios linfáticos, diminutas estructuras que se encuentran en todo el cuerpo humano. Son vitales para el sistema inmunológico, porque producen células que ayudan a combatir las infecciones. Además, ubicadas en los ganglios linfáticos las células hepáticas pueden multiplicarse y crecer, porque los ganglios son hogares naturales para las células que se dividen rápidamente. Además, disponen de un buen suministro de sangre, una condición que puede ayudar especialmente al crecimiento de nuevos tejidos.

Al mismo tiempo, los ganglios linfáticos reciben señales químicas enviadas por el tejido moribundo de un hígado enfermo: estas señales están destinadas a estimular la regeneración de cualquier tejido hepático sano restante, pero esto no funciona en casos de enfermedad grave. Sin embargo, las señales parecen ayudar al crecimiento del tejido hepático en los ganglios linfáticos vecinos, derivando en la creación de los nuevos mini hígados.

Aunque actualmente los esfuerzos están orientados a las enfermedades hepáticas, los investigadores están explorando el uso de la misma técnica de aplicación de células de órganos en ganglios linfáticos para desarrollar nuevos timos, riñones y páncreas. De esta manera, si las pruebas con hígados en seres humanos son positivas, los especialistas podrían comenzar a desarrollar los enfoques necesarios para “crear” otros nuevos órganos en el cuerpo humano.

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