La escuela privada donde Santiago estudiaba el primer grado de preescolar cerró sus puertas en julio de 2020, cuando México enfrentaba la primera ola de la pandemia de covid-19.
Era un kínder pequeño, avalado por la SEP, que operó durante 15 años, pero no sobrevivió a los primeros estragos de las clases a distancia.
“Entonces, a mi hijo ya no lo inscribimos al kínder, solamente a cursos para que no perdiera la dinámica de estar tomando clases frente a una computadora. Fue muy difícil”, recuerda el padre de Santiago.
Tras enfrentar una de sus mayores crisis, las escuelas privadas de México regresan a clases con la intención de recuperar la matrícula perdida y reabrir los colegios que cerraron.
“Las escuelas particulares inician este nuevo ciclo escolar de una manera no muy agradable. ¿Por qué? Porque muchas escuelas cerraron y, sobre todo, porque la comunidad educativa renunció muchísimo”, indicó Alfredo Villar Jiménez, presidente de la Asociación Nacional de Escuelas Particulares (ANEP).
De acuerdo con datos de esa organización, debido a las dificultades económicas derivadas de la emergencia sanitaria por covid-19, 8,000 escuelas privadas cerraron en los últimos dos años y 5,000 no laboraron en el ciclo escolar anterior.
Villar Jiménez explicó que la decisión de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de mantener las clases a distancia, además de que muchos padres y madres de familia perdieron su empleo, impactó al sector educativo privado y todavía no se repone completamente.
Además, la situación ha obligado a las escuelas particulares a no incrementar las colegiaturas pese a la alta inflación, aseguró.
«Las escuelas particulares están dando todas las facilidades, inclusive, la mayoría no aumentó las colegiaturas. Un 10%, inclusive, bajó colegiaturas. Y un mínimo por ciento, que podría ser un 5%, sí aumentó colegiaturas, pero no mucho» Alfredo Villar Jiménez, presidente de la Asociación Nacional de Escuelas Particulares (ANEP)
La Encuesta para la Medición del Impacto covid-19 en la Educación (ECOVID-ED), del Inegi, arrojó que, de los 33.6 millones de estudiantes de 3 a 29 años inscritos en el ciclo escolar 2019-2020, 738,000 no concluyeron el año escolar. De esa cifra, 4.2% estudiaba en escuelas particulares.
Para el ciclo 2020-2021, la matrícula bajó a 32.9 millones de alumnos. Una pérdida de 700,000 estudiantes. De las personas de 3 a 29 años que no se inscribieron en ese año escolar, 26.6% no lo hizo porque consideró que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje; 25.3% dijo que el motivo fue que alguno de sus tutores se quedó sin empleo y 19.3% porque su escuela cerró definitivamente.
La encuesta reportó también que, de un año escolar al otro, 302,000 estudiantes cambiaron de escuela privada a pública.
“Es importante resolver el problema educativo de nuestro país, sobre todo en estos momentos que tiene un retraso tremendo. Eso es muy grave. Claramente hay problemas de salud, problemas emocionales, problemas físicos, todo por la ocurrencia, precisamente, de suspender las clases durante más de dos ciclos escolares”, reprochó el presidente de la ANEP.
El también presidente de la Asociación Nacional para el Fomento Educativo acusó que las autoridades han puesto obstáculos a las escuelas que no laboraron durante el ciclo escolar pasado, pues les están pidiendo trámites innecesarios para reabrir.
“Se supone que están hechos todos los trámites, tan es así que se dio la validez oficial, porque se revisaron las instalaciones, porque se cumplía con los planes y programas, tenían todo el personal adecuado. Entonces, se tienen que quitar todas las trabas administrativas”, urgió.
Alejandra Carmona, asesora de la organización Educación con Rumbo, consideró que las escuelas privadas regresan a clases con mayor estabilidad, luego de las pérdidas que registraron por la pandemia.
«Hemos visto que sí hay una recuperación de matrícula de entre 80 y 95%. En algunas de nuestras instituciones, incluso, existe un crecimiento proyectado de alrededor del 2.8% en este ciclo escolar respecto al anterior. Pero no podríamos decir que cantamos victoria. Más bien, es la estabilización de la caída de los últimos dos años”, dijo en entrevista.
Explicó que esta recuperación se debe a que las familias hacen esfuerzos adicionales para costear la educación de sus hijos y al apoyo de algunas fundaciones que han extendido becas para que los alumnos continúen estudiando.
El reto más grande se ubica en las escuelas de preescolar, expuso, porque resultaron más afectadas por la pandemia.
“Creo que es un sector resiliente, pero sí nos vimos afectados. Y si bien vamos mejorando, sí hay algunas escuelas que tuvieron que cerrar sus puertas”, mencionó.
El padre de Santiago coincide. Aunque ya encontraron un nuevo kínder privado para su hijo y este 29 de agosto retomó sus clases, aseveró que el impacto en su aprendizaje es notorio.
“Esperamos que mi hijo, ya con un kínder nuevo, curse su último año regularizado, normal, porque vemos que sí se retrasó. Por ejemplo, mi hijo grande salió del kínder ya sabiendo leer y escribir. Mi hijo el chico, que ahorita va a empezar su último año de kínder, sabe los números, sabe algunas letras, pero no sabe hacer sílabas”, explicó.
Alejandra Carmona, quien también es ceo de Grupo Educación, estimó que un porcentaje de escuelas privadas no regresará a clases todavía, entre otras causas, porque las autoridades educativas pretenden sobrerregular los colegios particulares.
«La petición al gobierno sería que nos dejen trabajar y coadyuvar con el gobierno, que no tiene la capacidad para atender toda la demanda educativa con la calidad y servicio que se merece” Alejandra Carmona, asesora de la organización Educación con Rumbo
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