Esta semana dio inicio la ronda de consultas del T-MEC que solicitaron Estados Unidos y Canadá, sobre la política energética de México, en donde nuestro país defenderá su soberanía energética. El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador buscará cobijarse con el famoso capítulo 8, sobre el derecho de México a realizar reformas y el “dominio directo” sobre los hidrocarburos. Se trata de un punto agregado por la administración de AMLO a última hora y que, de no haber existido, pudo haber echado abajo la renegociación del acuerdo que se inició en 2017, ¿qué ha cambiado desde entonces?
Durante 75 días, la Secretaría de Economía, de Tatiana Clouthier, y la Secretaría de Relaciones Exteriores, de Marcelo Ebrard, participarán en las consultas para la revisión del cumplimiento del artículo 31.4 del T-MEC, debido al presunto favorecimiento a las empresas del Estado, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
¿Qué ha cambiado en la postura de AMLO?
Una vez que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, en enero de 2017, puso bajo la lupa el Tratado de Libre Comercio (TLCAN) al considerar que no era beneficioso para Estados Unidos. En aquel momento se cimbró la política comercial de la región de América del Norte, pero hubo quienes reconocieron que el acuerdo, aprobado en 1992, debía modernizarse.
El término de las negociaciones del TLCAN se dieron también en medio de otra gran transición, la de México, en donde llegaba Andrés Manuel López Obrador un político antineoliberal y de izquierda. Fue un duro crítico a la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto que abrió el sector a privados.
Entonces, tras su triunfo electoral en junio de 2018, AMLO nombró a Jesús Seade, exfuncionario en la Organización Mundial de Comercio (OMC), para que representara al gobierno mexicano entrante en la mesa de negociación. La postura lopezobradorista era impulsar que el sector energético se excluyera de las obligaciones que “protegían a la competencia”, según menciona El País.
Esta postura de AMLO y su administración, a punto de arrancar motores, pusieron en vilo los meses de negociaciones que se llevaban hasta el momento, bajo las riendas del entonces secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Seade y Estados Unidos acordaron hacer cambios en el Capítulo 8 en donde habla de la soberanía, el derecho de México a reformar su Constitución, y el “dominio directo” del país sobre los hidrocarburos en el subsuelo. En tanto que EUA-Canadá se reservaron el derecho a la posibilidad de presentar una demanda ante un panel de arbitraje.
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