La Asamblea Estatal de MORENA en Veracruz, que será el 27 de agosto, es el punto de partida, el principio del fin, el evento que marcará línea y definirá la ruta para el cambio de gobierno en nuestro estado. Cuitláhuac García verá si desde su partido cierran filas con él y ponen los cimientos para que el proyecto de la 4T continúe con las cartas a las que el gobernador le apuesta para su propia sucesión, sea de su gabinete o del federal.

Somos una sociedad muy politizada pero, en temas de fondo, poco informada; quienes creen que el proceso de cambio en el gobierno estatal comenzará con las campañas de los partidos, se equivoca. Un proyecto político que hoy es régimen como el Movimiento de Regeneración Nacional, igual que en su momento lo fue el PRI, inicia los procesos de relevo en los puestos de elección popular desde sus actividades internas. La asamblea del partido guinda el próximo sábado servirá para ello.

Las y los consejeros estatales de MORENA, votados en aquella anecdótica y tropical elección de finales de julio, son en su mayoría personas que respaldarán al grupo político de Cuitláhuac García; uno de sus más cercanos logró el triunfo en Xalapa para convertirse en Coordinador Distrital, Consejero Estatal y Congresista Nacional del partido, se trata de Esteban Ramirez Zepeta.

Con Zepeta hay una lista muy larga de operadores en favor de la 4T, encabezada por uno de los principales líderes, Yair Ademar Domínguez, quien de manera madura y disciplinada ha abierto el camino del movimiento en el estado desde hace años, como fundador; ellos claramente han marcado distancia con otros personajes de su mismo partido que se han placeado por Veracruz, en abiertas campañas para difundir su imagen y trabajo con la ciudadanía. El nombramiento de Esteban como dirigente estatal de MORENA es la señal para comenzar a entender por dónde y con qué nombre se daría la campaña a la próxima elección del gobierno de Veracruz, pero falta un detalle.

La filosofía morenista, su nacimiento como movimiento, le ha caracterizado por una apertura sin filtros para cualquiera que le interese estar en sus filas; esa manera de hacer política ha sido bien reflejada desde el Ejecutivo estatal, pues Cuitláhuac nunca se ha pronunciado, al menos públicamente, contra quienes andan futureando muy echados para adelante, difundiendose más que él, sean del gabinete o del Poder Legislativo. El detalle faltante es un manotazo en la mesa, calmar a los adelantados y marcar línea.

Hay Morena en el poder para rato, en lo nacional y estatal; la oposición ya no arranca suspiros y, salvo una cuestión extraordinaria, la franquicia de Andrés Manuel López Obrador tendrá las riendas de México por un buen tiempo, nos guste o no. Acá en nuestro rancho, los morenistas deben entender que ya son tiempos de comportarse como institución, y quien deberá empezar por mandar esa señal es el gobernador a través de quienes sean los dirigentes y consejeros del partido.

Es el principio del fin, quienes forman parte del círculo cercano del primer gobernador morenista en la historia de Veracruz deberán mostrar gratitud, lealtad y civilidad; a partir del próximo sábado, sea con Zepeta al frente o incluso el mismo Yair Ademar, es casi un hecho que un equipo político afin a García Jiménez tomará las riendas de MORENA, para comenzar a operar su relevo y asegurar un lugar a salvo de otros intereses, incluso de su mismo partido. La sucesión de Cuitláhuac ya comenzará, y la ciudadanía deberá estar atenta a los procesos del Movimiento de Regenración Nacional en Veracruz, pues de ahí saldrá quien sea responsable del bienestar de las y los veracruzanos, ojalá que la curva de aprendizaje haya sido superada.