Con destreza y paciencia, Marcelina Hernández García, integrante de la cooperativa Manos Mágicas con sede en Otilpan, pela y lava los frijoles tiernos, corta elotes en rodajas y calabacitas criollas en trozos pequeños para ponerlos a hervir en una olla de gran tamaño colocada sobre un fogón improvisado, en el Agrobosque Universitario Kaná del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV).
Los ingredientes son la base de la “sopa campesina”, platillo típico de la localidad. Después de 45 minutos al fuego, a todo lo anterior se le añaden ramas de epazote y sal al gusto, y se le deja reposar un cuarto de hora más; finalmente es degustado con tortillas recién hechas y salsa de chile cera.
De esta forma fue el cierre del proyecto Inter instancias UV-Conacyt “Metáforas en el arte de narrar y sembrar: milpas, cafetales y montes en el estado de Veracruz”, que fue coordinado por el Citro y tuvo por finalidad que la UV contara con un área de acción alrededor de la agrobiodiversidad y la conservación.
Citlalli López Binnqüist, titular de la entidad académica, compartió que el Agrobosque Universitario Kaná está ubicado en el Campus para la Cultura, las Artes y el Deporte (Campus CAD), y tiene una extensión de cinco hectáreas en las que los estudiantes realizan prácticas de campo y sirven de encuentro con familias campesinas de la zona de Xalapa.
El proyecto duró un año, tiempo en el que se crearon milpas en las áreas de vegetación secundaria, con maíz, calabaza, frijol, chiles e incluso hierbas aromáticas como pápalo.
En el cierre se invitó a señoras de Otilpan, Chiltoyac y Baxtla, para que compartieran platillos típicos de su región, cuya preparación lleva implícita una revaloración de los saberes y espacios de conservación de la agrobiodiversidad.
“Es fundamental que la UV organice encuentros que fomentan el contacto con las comunidades y promueven acciones saludables como una correcta alimentación”, enfatizó López Binnqüist.
Marcelina Hernández relató que su mamá le enseñó a cocinar, y las integrantes de Manos Mágicas se dieron a la tarea de recuperar recetas por medio de un trabajo de investigación con las ancianitas de la región, que próximamente publicarán en un libro.
Afirmó que participar en eventos de la UV les da la oportunidad de compartir recetas tradicionales ancestrales y mostrar formas sanas de comer.
María Martínez Hernández, de la localidad de Baxtla, comentó que la popularidad de los alimentos procesados ha provocado que muchas comidas desaparezcan, como los chilatolitos que las abuelitas cocinaban, con ingredientes variados como erizo, cacahuate, ajonjolí o tortillas de plátano, a las que añadían esta fruta cuando escaseaba el maíz.
“La juventud ya no tiene interés en la cocina, ha perdido el afán por preparar sus alimentos y prefieren las cosas procesadas con tal de ahorrar tiempo”, aseguró.
Minerva Chores Sánchez, quien forma parte del Centro Comunitario de Tradiciones, Oficios y Saberes de Chiltoyac, mencionó que al habitar en una zona rural se identifica con el proyecto que dio origen al Agrobosque Universitario Kaná, por lo que agradeció a la UV por invitarla al cierre del mismo.
Aplaudió que la Universidad rescate conocimientos tradicionales, cree y fortalezca lazos con agricultores de la región.
En el proyecto del Agrobosque Universitario Kaná colaboran estudiantes y docentes del Citro, el Cuerpo Académico “Transdisciplinariedad, Sustentabilidad y Diálogo de Saberes”, el Centro de Eco Alfabetización y Diálogo de Saberes, la Universidad Veracruzana Intercultural, la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad, la Facultad de Ciencias Agrícolas, el Centro Comunitario de Tradiciones, Oficios y Saberes de Chiltoyac y la cooperativa Manos Mágicas.
AVC
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