La Inteligencia Artificial (IA) ha dejado de ser parte de la ciencia ficción para convertirse en un elemento indispensable de nuestra cotidianidad. Se trata de una serie de algoritmos que, mediante sistemas computarizados, realizan funciones propias de los seres humanos. Pero la IA sigue avanzando y ya podemos imaginarnos su impacto en el futuro. Aquí algunos ejemplos.
Asistentes virtuales
Son amables, atentos e inteligentes. Además, pueden trabajar sin descanso y procesar mucha más información que los seres humanos. Sus respuestas y reacciones están dadas por sistemas algorítmicos, lo que igualmente les permite retroalimentarse para acumular más información.
Seguro que ya los conoces. Algunos de los más famosos son Alexa, de Amazon; y Siri, de Apple. Siempre están allí para atenderte y resolver tus problemas. La desventaja es que no pueden sustituir el trato de persona a persona.
Contenido en redes sociales
Las redes sociales han encontrado en la IA un gran aliado. Sin ella, sería imposible gestionar el gigantesco flujo de información. Sirve para clasificar y direccionar las búsquedas de contenido.
Un buen ejemplo es el marketing digital. Mediante esta técnica se puede mejorar el tráfico de una web para monetizar su contenido. También, es empleada para priorizar los feeds, una práctica muy habitual en Instagram, Facebook y TikTok, entre otros.
El problema es que mucha de nuestra información puede quedar expuesta, dando paso a un fenómeno llamado Big Data.
Atención al cliente
La IA también ejerce una importante influencia en la atención al cliente. Gracias a los asistentes virtuales es posible mantener en funcionamiento chats virtuales 24/7 todos los días del año.
Sin lugar a duda, es algo muy favorable para todos los usuarios de cualquier empresa o entidad. Imagínate que es medianoche y requieres información sobre los nuevos juegos de casino que ofrece tu plataforma preferida. Si esta no cuenta con chat en vivo a esa hora, tendrás que esperar hasta el día siguiente, si acaso no es fin de semana.
Recomendación de productos
Otra función de la IA en nuestra vida diaria la encontramos en las recomendaciones de productos. Nos llegan al correo y están presentes hasta en la programación de nuestro proveedor de streaming.
Aunque el mensaje puede ser subliminal, pues las campañas están basadas en nuestros hábitos. Es una información que, sin ser conscientes, dejamos en la Red, al visitar webs o al reaccionar con un like a alguna publicación.
¿Recuerdas la Big Data? Las empresas utilizan estos datos para elaborar predicciones sobre productos que nos hacen llegar, ajustadas a nuestros gustos. La desventaja es que las compras tienden a hacerse de forma mecánica, respondiendo más a los criterios del vendedor que a los del comprador.
Automatización del hogar
Para conseguir un ejemplo de la IA no necesitas salir de casa. Gracias a los algoritmos es posible programar una gran variedad de equipos electrónicos que nos hacen la vida mucho más fácil.
Por ejemplo, mediante nuestro móvil podemos activar la calefacción antes de llegar a casa. También es posible encender las luces mediante la detección de movimiento, como medida de seguridad.
Conclusión
Estos ejemplos no dejan dudas de la cada vez más activa presencia de la IA en nuestra vida cotidiana. Además, también es protagonista en sistemas de salud y hasta en el control de tráfico.
Invdes
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