Muchos científicos la cuestionan y la consideran peligrosísima, mientras otros la ven como una solución temporal: la geoingeniería solar está plagada de locas propuestas; como la de tapar el sol para contrarrestar los efectos del calentamiento global. Ese es un efecto que el propio ser humano causa a través de la emisión desmedida de gases como el CO₂ y el metano.

Ahora, un equipo de investigadores del MIT prueba un método radical para luchar contra el cambio climático: utilizar una flota de burbujas espaciales que consigan enfriar la temperatura de la Tierra reflejando la luz solar lejos de nuestro planeta.

En lugar de otras propuestas anteriores, como inyectar partículas de aerosol reflectantes en la atmósfera —y potencialmente dañinas—; este enfoque aboga por reflejar el calor del sol desde el espacio exterior.

“La geoingeniería basada en el espacio brinda la oportunidad de resolver el problema sin efecto directo sobre la química estratosférica”, según este nuevo modelo.

Desde el MIT proponen poner el escudo hecho de burbujas espaciales en el Punto Lagrangiano 1; se trata de un punto orbital relativamente estable en el espacio. Ahí, la atracción gravitacional de la Tierra y el Sol se equilibra. De hecho, es donde está posicionado el famoso telescopio espacial James Webb.

“Usar en el espacio un material fundido homogéneo, como el silicio, puede proporcionar la variación de espesor que refracta una onda más amplia, evitando lanzar grandes elementos de película estructural”, anotan los investigadores.

Un escudo de burbujas que tape parcialmente al sol es la propuesta de científicos del MIT contra el cambio climático

El mayor escollo es el tema logístico por las enormes dimensiones del escudo, que tendría un tamaño similar al de Brasil. Para reducir los costos del lanzamiento, sugieren fabricar directamente las burbujas en el espacio.

“Las burbujas se pueden inflar rápidamente dentro de la unidad de producción; luego congelarse rápidamente y liberarse en un espacio de baja temperatura y presión cero”, explican.

En la actualidad exploran en el laboratorio la creación de burbujas de silicona, expuesta a condiciones similares a las espaciales. “En experimentos preliminares, logramos inflar una burbuja de película delgada a una presión de 0.0028 atm y mantenerla a alrededor de -50 °C”, explican en el comunicado de prensa.

Según los científicos responsables del invento, esta solución de geoingeniería solar sería totalmente reversible. De tener efectos negativos, podrían estallarse las burbujas y prevenir los impactos futuros no deseados. Según el MIT, los estudios identifican la vida útil necesaria del proyecto en un rango de 50 a 200 años.

El año pasado se publicó una carta abierta firmada por 60 expertos científicos para alertar acerca de los peligros de la geoingeniería solar; explica que los efectos negativos de las nubes químicas y otras propuestas para tapar el sol para frenar el cambio climático son muy superiores a los supuestos beneficios de la técnica.

businessinsider.mx

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