A mis 69 años, próximos a cumplir, son pocas las cosas que me causan asombro, pero resulta que el pasado fin de semana, el domingo, andaba haciendo un recorrido turístico para mostrarles-presumirles a unos visitantes algunos de los muchos atractivos que tiene la capital del estado de Veracruz, cuando llegamos al acceso para la zona universitaria del corredor de la USBI, las canchas deportivas y la sala Tlaqná, nos topamos con la sorpresa de que ya se está cobrando por permitir la entrada.

Cuando le pedimos al vigilante que levantara la viga metálica para poder continuar con el recorrido en el vehículo, nos advirtió amablemente: son diez pesos por persona.

¡No lo podía creer!!

Como no estaba dispuesto a pagar 50 pesos por poder entrar a un espacio público de la Máxima Casa de Estudios, tuvimos que echar reversa y quedarnos con las ganas de mostrar esa parte de la ciudad.

La pregunta obligada es si el neo rector -se supone que izquierdista- ahora está aplicando políticas capitalistas en la UV.

Porque hasta donde recordamos, El rector de la Universidad Veracruzana (UV), Martín Aguilar Sánchez, en el Programa de Trabajo 2021-2025 que presentó “Por una transformación integral” en ninguna parte anunció que ahora se cobraría la entrada a los espacios deportivos y de servicios bibliotecarios.

Seguro que como no se ha tomado la molestia de bajar de la loma de Rectoría hacia la zona del campus universitario, ni siquiera está enterado que en la nueva etapa de la Transformación Morenista de la Universidad, se está cobrando 10 baros por acceder a las instalaciones que son públicas.

Y la verdad es que sí es un buen negocito el cobro de la entrada de vehículos -por persona- ya que cuando hay conciertos de la Orquesta Sinfónica en la Sala Tlaqná o en los auditorios deportivos, se llenan los varios kilómetros del circuito.

Resulta increíble, que en la administración universitaria, de quien hasta hace poco encabezaba marchas de lucha socialista, ahora unos meses apenas después, de haber llegado a la torre de Rectoría, permita que se estén aplicando esas políticas de corte capitalista.

Como si la zona universitaria fuera un parque de diversiones de Disneylandia, ahora se tiene que pagar un billete para poder pasar.

No se sabe, si a los alumnos, maestros e investigadores que tienen que ir a consultar algunos libros en la biblioteca, también se les va a cobrar los diez pesos, o les van a hacer un descuentito.

Recordamos los tiempos cuando estudiábamos en la secundaria Antonio María de Rivera -allá por los años 60- en que la mancha urbana todavía apenas llegaba a este lado de la vía del ferrocarril, donde ahora se localiza la caseta de cobro de la zona universitaria, donde todo eran campos verdes.

Ahí nos daban la clase de educación física y nos ponían a correr y a trotar.

Nunca nos imaginamos que en unos años más, toda esa parte de verdes campos, se transformaría en más instalaciones universitarias y colonias populares.

Como igual nunca podríamos haber imaginado, que algún día, tendríamos que pagar por poder transitar por el circuito universitario.

Entendemos que el nuevo rector de la Universidad Veracruzana, Martín Aguilar Sánchez, no quiera salir del confort de su oficina de cristal en la torre de la colina, pero al menos alguno de sus muchos colaboradores le debiera de informar de lo que pasa en su alrededor.

Ojalá y alguien -así como se pudo ordenar el cobro del acceso por persona al campus universitario- se pueda quitar esa absurda medida, que en nada ayuda a crear una buena imagen de la Máxima Casa de Estudios en Veracruz, sino todo lo contrario.

Y si no nada más pregúnteles a los turistas que quieran visitar el Nido de las Águilas, la sala Tlaqná o la Biblioteca Central.

De que los hay, los hay.

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