Luz Raquel Padilla, Margarita Ceceña, Irma Lydia, Debanhi Escobar, Abril Pérez, Fátima, Ingrid Escamilla… ellas solo algunas de las mujeres víctimas de la violencia en el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el cual se perfila a ser uno de los más violentos para el género femenino. En los 43 meses de esta administración, suman 13,511 feminicidios y homicidios dolosos, con lo que el promedio diario de muertes violentas de mujeres pasó de 9.4 a 12.2.

Expertas en seguridad y violencia de género advierten que la impunidad, la falta de políticas públicas, las fallas en protocolos y la falta de presupuestos se han convertido en el caldo de cultivo para el incremento de la violencia contra la mujer en esta administración.

“El mensaje es de impunidad. Como no pasa nada si le quitas la vida a una mujer, el mensaje es ‘síganlo haciendo’. No importa que haya testigos, que sea en un parque, en un restaurante con arma de fuego, no importa que estén quemándolas vivas. La autoridad no quiere reconocer el problema de la violencia que hay contra las mujeres”, opina Ivonne Olvera, profesora en la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En esta administración suman 10,067 homicidios dolosos y 3,444 feminicidios, y aunque no es posible hacer un comparativo de la violencia contra las mujeres respecto a sexenios pasados, debido a que este delito se tipificó en las 32 entidades a partir de 2020, los números advierten que hay un incremento en la violencia año con año.

El presidente Andrés Manuel López Obrador tomó el país con 69 feminicidios y 218 homicidios dolosos. En junio pasado esos delitos se ubicaron en 87 y 281 eventos, lo que representa un incremento de 26% en muertes por razón de género y 28% en asesinatos intencionales.

Sin embargo, los “otros datos” del gobierno federal reportan una disminución cuando se hace el comparativo de los eventos de junio de este año respecto a agosto de 2021, cuando se tiene el registro del mes con más feminicidios en el país.

“En el caso de feminicidio bajó 20%, también respecto de nuestro máximo histórico de 2021. Seguimos trabajando de manera preventiva y también en las sanciones de los feminicidas. Hay que recordar, que este delito se tiene tipificado completamente en los 32 estados a partir de 2020, antes no había la tipificación de este delito, por eso es bien difícil hacer los comparativos con años anteriores, pero a partir de que se empieza a tipificar hubo un incremento y ha venido a la baja”, dijo la secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez el pasado 20 de julio al presentar el informe.

Sin embargo, Elena Azaola, integrante del Seminario de Violencia y Paz (SVP) de El Colegio de México (Colmex), afirma que ante la dura realidad de la violencia que cobra la vida de 12 mujeres cada día no se puede caer en triunfalismos.

“No se está haciendo un programa real para atender la violencia. Se está peleando con que el delito bajó 0.0001, vamos muy bien. No se puede tener una actitud triunfalista cuando la realidad está siendo extremadamente dura. No hay voluntad, no hay entendimiento del problema, tampoco hay un programa, tampoco se deja ayudar por los que conocen estos temas y podrían hacer un mejor programa. Tenemos que ir a la raíz de problema para darle solución”, sostiene.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) del Inegi, 66% de las mujeres han sufrido al menos un incidente de violencia de cualquier tipo a lo largo de la vida.

Fallan protocolos

Ivonne Olvera advierte que feminicidios como el de Luz Raquel ponen en evidencia que México es un país donde no se denuncia 93% de los delitos, y que además quedan impunes los agresores y los servidores públicos que hicieron mal su trabajo en 7% de los delitos del que sí tiene conocimiento la autoridad.

“Hay impunidad en sancionar los feminicidios, hay impunidad en la falta de respuesta por parte de la autoridad para brindar protección a las mujeres”, explica.

El caso de Luz Raquel es un claro ejemplo de que en México fallan los protocolos. La joven recurrió al gobierno municipal de Zapopan por un “pulso de vida”, un instrumento con sistema de localización y botón de pánico que envía la señal de ayuda hacia el C5 para que acudiera la patrulla más cercana, pero se le negó.

«Yo hace unos días fui con mi oficio para pedir mi botón porque mi agresor es mi vecino y en la comisaría me lo negaron”, así lo publicó la joven en sus redes sociales un año antes de que perdiera la vida.

“Hay un enorme grado de impunidad para los agresores. Van casi 500 feminicidios en este año y pocas sentencias, ello a pesar de que muchas veces se sospecha quién pudo haber cometido el asesinato. Además, las instituciones están rebasadas por los delitos que se cometen, sin embargo, se deberían invertir los recursos necesarios para hacer justicia”, afirma Elena Azaola.

Pero no todo está en manos de las autoridades, también la violencia es responsabilidad de los ciudadanos. Casos como el de Luz Raquel y Margarita son muestra de la deshumanización por la que atraviesa México por la espiral de la violencia.

«¿Qué grado de deshumanización tenemos en esta sociedad sino somos capaces de ayudar a una mujer que está sufriendo?», agrega la experta.

Expansión Política

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