Desde hace varios años, vapear se ha vuelto una alternativa para dejar de fumar cigarrillos convencionales o para disminuir su consumo, y con ello disminuir el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades pulmonares.
Y es que fumar es un hábito sumamente dañino. Puede causar una larga lista de enfermedades como cáncer, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedades pulmonares, diabetes, enfisema o bronquitis crónica. Además, aumenta el riesgo de otras afecciones, como tuberculosis, ciertas enfermedades oculares y causa problemas del sistema inmunitario, incluida la artritis reumatoide, de acuerdo con un artículo de los Centers for Disease Control and Prevention.
A su vez, el tabaco produce enfermedades que hace que las personas sean más vulnerables a sufrir COVID. Quien tiene diabetes tiene más probabilidades de sufrir coronavirus en 34%, enfermedades cardiovasculares en 32%, y enfermedades pulmonares crónicas en 18%, según un estudio titulado “Cuadro clínico del COVID-19”. De esta manera, fumar es el causante de una larga lista de enfermedades, al mismo tiempo que aumenta el riesgo de padecer COVID.
En contraste, los cigarrillos electrónicos han resultado ser una opción alternativa para dejar de fumar o para disminuir el hábito de fumar, la cual ha sido respaldada por gobiernos tan importantes como el de Reino Unido, el cual incluso hoy reconoce que estos pueden ayudar a dejar de fumar. Con esto el Reino Unido podría convertirse en el primer país en recetar cigarrillos electrónicos con licencia como producto médico.
Los cigarrillos electrónicos no producen alquitrán ni monóxido de carbono, dos de los elementos más tóxicos del humo del tabaco, lo que los hace una opción para quien quiere acercarse a una alternativa más amigable. Al no haber combustión a la hora de vapear, no hay humo, que es lo que genera estos gases tan tóxicos para la salud.
A la larga, vapear ayuda a dejar de fumar y a controlar la ingesta de nicotina. De acuerdo con una revisión realizada por autoridades británicas, vapear es 95% menos dañino para las personas y representa un riesgo «insignificante» para los transeúntes.
A pesar de ello, hay todavía muchos malentendidos al respecto de vapear.
«Más de la mitad de los fumadores creen falsamente que vapear es tan dañino como fumar o simplemente no lo saben. Sería trágico que miles de fumadores que podrían dejar de fumar con la ayuda de un cigarrillo electrónico se desanimen debido a falsos temores sobre su seguridad», sostienen las autoridades del Reino Unido, un gobierno que ha puesto el ejemplo alrededor del vapeo y que recomienda a los fumadores pasarse a esta actividad para aminorar riesgos.
A la hora de fumar un tabaco convencional, la persona está satisfaciendo su adicción a la nicotina. Sin embargo, esta sustancia no es la responsable del gran daño a la salud que causa este hábito, si no lo es el humo tóxico que se desprende de su combustión, el cual es el responsable de todas las enfermedades y muertes relacionadas con el tabaco.
“Es muy preocupante que los fumadores todavía tengan tan poca comprensión sobre las causas del daño por fumar. Cuando las personas fuman cigarrillos de tabaco, inhalan una mezcla letal de 7,000 componentes del humo, 70 de los cuales se sabe que causan cáncer”, sostiene la profesora Ann McNeill, especialista en adicción al tabaco en el King’s College London. Y la experta asegura que los cigarrillos electrónicos son una forma de acceder a esta nicotina, para poder dejar este hábito atrás y cuidar la salud.
Hoy existe evidencia científica que sostiene que estos artefactos pueden ser menos dañinos que los cigarrillos combustibles, sostiene la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).
Y autoridades en el tema como el gobierno británico, no dejan dudas sobre el poder de los vapeadores, al recomendarlos como un aliado –junto con un algún otro apoyo, como un terapeuta– para dejar de fumar. En esta combinación es en donde radica el “éxito” para dejar de este hábito tan tóxico, sostienen.
Vapear es una alternativa para decirle adiós al tabaco convencional y a sus peligrosos químicos. Además, permite estar lejos del molesto aroma del cigarrillo y poder controlar –o eliminar– la nicotina que se consume.
Imelda Vargas
MARCO / MSL Iberia & Maghreb
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