Rachel Kennedy, una joven de 19 años oriunda de Reino Unido, se llevó una desagradable sorpresa luego de perder un ticket ganador de la lotería “Euromillions” porque su cuenta bancaria no tenía saldo.
La joven anunció a su familia que había ganado el premio mayor tras acertar todos los números de la lotería, pero se llevó una desagradable sorpresa.
El premio, en cambio, terminó en manos de un suizo que había apostado por los mismos números, pero que sí tenía saldo. De haber podido comprar el ticket, él y Rachel hubieran compartido el premio – 91 millones de euros para cada uno – pero finalmente se los quedará solo él.