La contratación de médicos cubanos por parte del gobierno federal dejó al descubierto la punta del iceberg de la situación que enfrenta el sistema de salud en México: poca cobertura en las zonas rurales a causa de la violencia, la marginación y, por supuesto, los bajos salarios para el personal médico.

Aunque en un inicio el gobierno justificó la contratación de extranjeros con un supuesto desinterés por parte de los médicos especialistas en México, posteriormente lanzó —sin mucho éxito— una convocatoria de reclutamiento nacional con más de 13,000 vacantes en todo el país.

La Secretaría de Salud reportó el pasado 14 de mayo que en total se registraron 10,920 aspirantes a obtener una plaza, pero 57% no acudió a su cita de seguimiento (6,229).

Lo cierto es que la mayoría de las vacantes se encuentran en estados con altos índices de pobreza y, en algunos casos, con elevada incidencia delictiva, de acuerdo con cifras oficiales.

«La mayoría de los profesionales de la salud en México estarían dispuestos a ocupar las plazas si las condiciones fueran las adecuadas. El traer a personal de Cuba o de cualquier otro lado para ocupar plazas que no tienen las condiciones adecuadas, es hasta inhumano», dice en entrevista Andrés Castañeda Prado, coordinador de Salud y Bienestar en el colectivo Nosotrxs.

Esta situación repercute directamente en la población. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reporta que por cada 1,000 habitantes en México hay 2.4 médicos, valor superior al promedio de los países de América Latina y el Caribe, pero inferior al recomendado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que es de 3.5 médicos por cada 1,000 habitantes.

Radiografía de los estados sin postulaciones de médicos

La OCDE alertó desde 2017 sobre la inequidad en la distribución geográfica de los médicos, pues mientras que la Ciudad de México tenía 3.9 por cada 1,000 habitantes (arriba del promedio), en otros estados había de 1.3 a 2.2 médicos por cada 1,000 habitantes.

En el panorama actual, la Secretaría de Salud federal reconoce que mientras Jalisco cubre 4.7 veces el número de vacantes, Chiapas, Guerrero y Nayarit no llegaban ni al 40%.

De acuerdo con el portal de la Jornada Nacional de Reclutamiento y Contratación de Médicos Especialistas , de las entidades con más vacantes ofertadas son Veracruz (1,643), Michoacán (781), Chiapas (706), Puebla (586), Oaxaca (573) y Guerrero (568).

Estados con más vacantes para médicos especialistas

Pero ninguna de estas entidades tiene postulaciones para ocupar las plazas, tal como reconoce la propia Secretaría de Salud. Por ejemplo, 3,287 de las vacantes están en municipios con población menor a 200,000 habitantes, y 33% se concentra en Michoacán, Chiapas y Veracruz.

Mientras que otras 1,223 plazas están en municipios con un porcentaje de pobreza mayor a la media nacional (43.9%), y 59% de estos se ubican en Chiapas, Puebla y Veracruz.

Solo en Chiapas, el 75.5% de la población está en situación de pobreza; 37% sin acceso a los servicios de salud; y 78.9% carece de seguridad social, según la última medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval, 2020).

En Puebla, el 62% de la población vive en pobreza; 32% sin acceso a los servicios de salud; y 68% no cuenta con seguridad social. Mientras que en Veracruz, 58% está en la línea de pobreza; 31% no tiene acceso a servicios de salud; y 65% carece de seguridad social.

La Secretaría de Salud también reporta que 764 vacantes para médicos especialistas están en municipios con rezago social de medio a muy alto, como los ubicados en Oaxaca, donde el 64% de la población tiene ingresos inferiores a la línea de pobreza.

Y otras 585 vacantes que «nadie quiere» se encuentran en municipios indígenas de Chiapas, Veracruz e Hidalgo; este último estado tiene al 50.8% de la población en situación de pobreza.

En lo que respecta a Michoacán y Guerrero, la situación de violencia generada por grupos del crimen organizado y de autodefensas pone en desventaja al sector médico.

Solo de enero a abril de este año, la Michoacán acumuló 1,000 homicidios dolosos, superando por poco a Guanajuato y el Estado de México, ambos con niveles históricos de violencia, según cifras del Secretariado Ejecutivo del sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Además, tiene una tasa de 20.45 asesinatos por cada 100,000 habitantes, superando a la media nacional de 7.60 que se registra hasta este momento.

Y Guerrero, que además de tener un nivel de pobreza del 66.4% (Coneval, 2020), su tasa de homicidios dolosos asciende a 12.01 por cada 100,000 habitantes.

Las características de todos estas entidades, que concentran la mayoría de las plazas, impiden que haya infraestructura y equipo básico para la formación, atención y trabajo digno para los médicos, tal como expusieron colegios, asociaciones y federaciones el pasado 1 de junio.

«Difícilmente, te puedes ir a una comunidad marginada, en primer lugar porque tienes a tu familia. Pero un factor muy importante es la inseguridad, que no ha disminuido en los últimos años. Tenemos ejemplos de compañeros que han sido retenidos por el narco en Michoacán, o que cierran la comunidad y nadie entra ni sale, o simplemente se meten a sus casas y los amenazan. Cuando se aceptan esas plazas no importa el sueldo, sino su vida», señala Andrés Castañeda.

Las especialidades más requeridas

«Estuve trabajando en la Secretaría de Salud como médico general con base por cinco años. Luego decido realizar un posgrado en ultrasonografía y un máster en ultrasonografía materno-fetal. Me gradué con un examen; eso fue hace tres años, pero mi papel todavía no me llega. Cuando eso pase voy a volver a competir en un escalafón para lograr mi grado como médico especialista, pero eso suele tardar», cuenta Armando Tercero.

El doctor refiere que la espera es de entre siete y 15 años, pues para obtener el escalafón no se compite con exámenes: otro especialista tiene que jubilarse o fallecer para que se abran nuevas plazas.

La especialidad no es comparable con una maestría o doctorado. Los médicos que las cursan pasan hasta 60 horas encerrados en un hospital y esperan más de un año –o tres, como el caso de Armando– para poder ejercer como especialistas, porque ese tiempo tarda la cédula.

A esto se suma la falta de oportunidades, pues México no tiene suficiente infraestructura para poder formar a muchos médicos que están haciendo su especialidad, no hay instalaciones, profesores y áreas de descanso adecuados.

Lo anterior da como resultado que en México haya 67 médicos generales y apenas 33 especialistas por cada100 personas, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi, 2021).

En tanto, la Secretaría de Salud reporta que las especialidades de medicina interna, urgencias médico quirúrgicas, ginecología y obstetricia, pediatría y cirugía general concentran hasta el 63% de las vacantes. Mientras que anestesiología superó la oferta con el 112%.

De estas especialidades, anestesiología y ginecología tienen el mayor «potencial de cobertura», con 51% y 30%, respectivamente. Pero medicina interna y urgencia médico quirúrgica llegan apenas al 10% y 13% de probabilidades para que las plazas disponibles sean ocupadas.

Por entidades, Veracruz es el que demanda más médicos internos (1,753) y ginecólogos y obstetras (1,572); y Sonora requiere más especialistas en urgencias médico quirúrgicas (149), por exponer algunos casos.

Las condiciones laborales para los médicos

El promedio de años de escolaridad para las personas ocupadas como médicos es de 18.1 años, esto sin considerar el internado y el año de servicio social. Una vez que ingresan al mundo laboral, trabajan 41.7 horas semanales, en promedio.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el 76% de los médicos en México laboran principalmente de forma subordinada y remunerada, mientras que los restantes lo hacen por su cuenta (12%) o emplean a otros trabajadores (12%).

Para el personal médico el pago promedio por hora trabajada es de 122 pesos. El ingreso mensual es diferencial conforme a su nivel de instrucción, tipo de unidad económica en que se desempeñan y posición en el trabajo. Por ejemplo, un médico con licenciatura percibe un promedio mensual de 17,422 pesos; con maestría gana 21,041 pesos, y los que tienen doctorado reciben 26,695 pesos al mes.

La división de sueldos aplica también para médicos generales. «Hay lugares donde pagan más, como Guadalajara, Ciudad de México, Querétaro y zonas metropolitanas, pero hay estados, los de la costa, sobre todo, que perciben 30 o 40% menos que el resto», señala Armando Tercero.

El doctor menciona que, a pesar de que en la actualidad se paga «relativamente mejor», el salario está basado en los tabuladores de 2018, pese a la inflación y que cada vez alcanza menos, lamenta.

En el tema de las plazas que oferta el gobierno federal –cuyos salarios ascienden a 36,000 pesos– una de las preocupaciones es que no se precisa el esquema en el que los médicos serán contratados ni por cuánto tiempo.

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