En un mundo ideal, la realidad virtual trae consigo el emocionante potencial de hacer que las experiencias únicas y entretenidas sean fácilmente accesibles para las masas. Pero no vivimos en un mundo ideal y, en cambio, tenemos investigadores que aprovechan el hardware de realidad virtual para simular la horrible experiencia de asfixiarse en un incendio.

Esta no es la primera vez que los investigadores exploran formas de actualizar el hardware de realidad virtual para hacer que las experiencias simuladas sean realmente horribles. El mes pasado, un equipo del Grupo de Interfaces Futuras de la Universidad Carnegie Mellon reveló unos auriculares de realidad virtual listos para usar mejorados con transductores ultrasónicos que podían recrear la sensación del tacto dentro y alrededor de la boca del usuario, pero una aplicación de la investigación presentaba una araña virtual gigantesca goteando veneno que los usuarios podían sentir salpicando en sus labios. Ese no es el futuro por el que firmamos.

Esta vez, es un equipo de investigadores de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Salzburgo en Austria que parecen tener buenas intenciones, pero pueden haber fallado en el blanco, como se detalla en un artículo publicado para la reciente Conferencia CHI sobre Factores Humanos en Sistemas Computacionales. Crearon un dispositivo llamado AirRes Mask que está diseñado para usarse junto con un auricular VR fácil de usar como Meta Quest 2 y sirve como una forma adicional de interactuar con una experiencia virtual a través de la respiración del usuario.

La máscara AirRes funciona de dos maneras. El primer enfoque, y el que tiene menos probabilidades de traumatizar a los usuarios, aprovecha la máscara como una forma de controlar su respiración e incorporarla a una experiencia de realidad virtual para mejorar la sensación de inmersión. Las aplicaciones incluyen actos cotidianos simples como soplar una vela virtual, inflar un globo o incluso tocar un instrumento como una armónica usando su propia respiración. La máscara también se puede usar para adaptar el comportamiento de la experiencia de realidad virtual en función de la frecuencia respiratoria del usuario. Dar en el blanco al disparar una flecha virtual desde un arco, por ejemplo, se hace mucho más fácil cuando el usuario contiene la respiración y se estabiliza.

El otro enfoque aprovecha la capacidad de la máscara para agregar resistencia a la capacidad de respirar del usuario. La asfixia no parece una forma particularmente divertida de escapar de la propia realidad, pero los investigadores creen que AirRes Mask también podría usarse como una herramienta de entrenamiento más realista. Los bomberos podrían experimentar físicamente la falta de oxígeno en una habitación mientras un incendio lo consume, incluidos los efectos secundarios simulados del cuerpo humano que no recibe suficiente oxígeno, como el inicio de la visión de túnel, pero sin los riesgos adicionales de un incendio real. La máscara también podría hacer que los simuladores de vuelo se sientan más realistas, ya que las fuerzas g adicionales de las maniobras de alta velocidad dificultan la respiración del piloto.

Ciertamente no suena como una experiencia de realidad virtual tan divertida como balancear un sable de luz virtual al ritmo de tu canción favorita, pero a pesar de lo horrible que parece, ayuda a demostrar aún más el potencial único de la realidad virtual y su capacidad para hacernos a veces sentir genuinamente incómodos sin ponernos realmente en peligro.

gizmodo.com

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