Si alguna vez has tenido curiosidad por saber más de tu árbol genealógico, entonces esta noticia te va a interesar

Si alguna vez has tenido curiosidad por saber más de tu árbol genealógico, entonces esta noticia te va a interesar. No se trata de tu tatarabuelo por el lado materno, pero sí de uno de los primeros ancestros de los vertebrados, es decir, de uno de los primeros ancestros de los seres humanos.

Este familiar lejano podría no ser tan guapo como esperamos: es una criatura similar a un pez que fue descubierta en Escocia y que vivió aproximadamente hace 390 millones de años.

Un estudio llevado a cabo por científicos japoneses revela que este atractivo animal, bautizado Palaeospondylus gunni, podría ser uno de nuestros primeros ancestros. Los primeros fósiles de esta criatura, con una apariencia similar a una anguila, se descubrieron por primera vez en 1890 en Caithness, Escocia, donde todavía se pueden hallar restos con relativa facilidad.

Gracias a esto, Shigeru Kuratani y sus colegas del Clúster de Investigaciones Pioneras RIKEN en Japón han podido encontrar evidencia de que la criatura, de solo unos cinco centímetros de largo, tenía mandíbula y cuatro extremidades.

Los investigadores de RIKEN utilizaron rayos X del sincrotrón SPring-8 para generar escaneos micro-CT de alta resolución de los peces.

Kuratani y su equipo seleccionaron cuidadosamente fósiles en los que las cabezas permanecieron completamente incrustadas en la roca para obtener la imagen craneal más precisa.

Este hallazgo es novedoso, ya que por mucho tiempo el reducido tamaño de este taratabuelo imposibilitaba las reconstrucciones craneales, lo que a su vez hacía casi imposible ubicarlo en el árbol evolutivo.

Estos resultados de los investigadores japoneses colocan al animal en la parte inferior del árbol genealógico de los vertebrados, incluidos los humanos. La criatura tenía una cabeza plana, un cuerpo parecido a una anguila y vivía en el lecho de un lago de agua dulce en el extremo noreste de las Highlands escocesas.

El Palaeopondylus vivió un punto crucial de la historia: cuando los primeros vertebrados comenzaron a salir del agua. La adaptación de sus aletas en extremidades facilitó la transición, dando lugar más tarde a mamíferos, aves y reptiles.

«La extraña morfología de Palaeospondylus, que es comparable a la de las larvas de tetrápodos, es muy interesante desde el punto de vista genético del desarrollo. Teniendo esto en cuenta, continuaremos estudiando la genética del desarrollo que provocó este y otros cambios morfológicos que ocurrieron en la transición del agua a la tierra en la historia de los vertebrados», señaló el autor principal del estudio, Tatsuya Hirasawa, de la Universidad de Tokio.

Por su parte, Daisy Yuzhi Hu, investigadora de la Universidad Nacional de Australia, quien también participó en este estudio, afirma que «este extraño animal ha desconcertado a los científicos desde su descubrimiento en 1890 como un rompecabezas que ha sido imposible de resolver».

Asimismo, sostiene que «las comparaciones morfológicas de este animal siempre han sido extremadamente desafiantes para los científicos. Sin embargo, las mejoras recientes en la segmentación y visualización 3D de alta resolución han hecho posible esta tarea que antes era imposible».

Los nuevos hallazgos podrían ayudar a los científicos a desbloquear una variedad de características morfológicas desconocidas y la historia evolutiva de los animales de cuatro extremidades.

elciudadano.com

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