La misión no tripulada CST-100 Starliner, un proyecto conjunto de la NASA y la compañía Boeing, despegó este jueves hacia a la Estación Espacial Internacional (EEI), un viaje que determinará si la firma privada obtiene la certificación para llevar astronautas y carga al espacio.
La cápsula no tripulada CST-100 Starliner despegó montada encima de un cohete Atlas V a las 18:54 horas de este jueves desde el Complejo-41 de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, como parte del programa de Tripulación Comercial que desarrolla la NASA.
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Aproximadamente seis minutos más tarde, la NASA confirmó en Twitter que la primera etapa de separación se había producido con éxito.
«Hemos tenido una exitosa puesta en marcha en el #AtlasV. La separación de la primera etapa y el encendido de la etapa superior de Dual Engine Centaur se ha producido frente a la costa de las Carolinas. Ambos motores están en marcha», detalló.
La segunda etapa de separación ocurrió a los 14 minutos y 54 segundos del despegue, por lo que la nave espacial de Boeing continúo sola su camino hacia la EEI.
Durante el vuelo, una cámara adherida a la cápsula permitió ver cómo la Tierra se alejaba cada vez más.
La cápsula Starliner de Boeing, de unos 5 metros de altura y con capacidad para una tripulación de hasta siete personas, cruzará la atmósfera terrestre con ayuda de un cohete Atlas V, de 52 metros de alto y construido por el consorcio privado United Launch Alliance (ULA), del que Boeing también forma parte.
Se trata, detalla la NASA, de «un vuelo de demostración que se pone un paso más cerca de la certificación para transportar astronautas hacia y desde la Estación Espacial Internacional», tal como ya lo hace SpaceX.
La prueba de lanzamiento consiste en demostrar «las capacidades de extremo a extremo» de la nave espacial Starliner y el cohete Atlas V, desde el lanzamiento hasta regresar a la Tierra, añade.
Esta es la segunda prueba sin tripulación de vuelo de la nave espacial CST-100 Starliner de Boeing para el programa de tripulación comercial, puntualiza la agencia estadounidense.
Unas 24 horas después del lanzamiento, el módulo Harmony de la EEI recibirá a la nave, que se acoplará de forma autónoma y llegará con más de 360 kilos de carga, de las cuales 230 kilos corresponden a material de la NASA y suministros para la tripulación.
La cápsula se mantendrá por unos cinco días en el laboratorio orbital para luego emprender un viaje de regreso que concluirá en el desierto de Nuevo México, donde aterrizará con 270 kgs de carga, incluidos tres tanques reutilizables del sistema de recarga de oxígeno y nitrógeno que proporcionan aire respirable a los miembros de la tripulación de la estación.
Al igual que SpaceX, la firma del multimillonario Elon Musk, Boeing tiene un contrato de más de 4,200 millones de dólares con la NASA para encargarse del traslado de ida y vuelta de astronautas y equipos a la estación espacial despegando desde suelo estadounidense.
EFE