El presidente ruso, Vladímir Putin, acusó a Occidente de sacrificar al resto del mundo con tal de mantener su dominio global, a través de las sanciones contra Rusia que, dijo, crean una crisis global.
Estas sanciones están provocando en gran medida la crisis global. Sus autores, guiados por ambiciones políticas miopes e infladas, por la rusofobia, perjudican en mayor medida sus propios intereses nacionales, sus propias economías, el bienestar de sus ciudadanos”, señaló en una reunión con miembros del Gobierno sobre temas económicos.
“Vemos esto principalmente en el fuerte aumento de la inflación en Europa. En algunos países, ya se ha acercado al 20 por ciento anual, y en la eurozona en su conjunto, los precios de las materias primas han aumentado más del 11 por ciento”, sostuvo el jefe del Kremlin.
Para Putin “es evidente” que “la continuación de la obsesión por las sanciones conducirá inevitablemente a complejas consecuencias difícilmente reversibles para la Unión Europea, para sus ciudadanos, y para los países más pobres del mundo, que ya enfrentan los riesgos de una hambruna”, sostuvo.
La culpa de esto recae por completo en las élites de los países occidentales, que están dispuestas a sacrificar al resto del mundo para mantener su dominio global”, enfatizó.
El mandatario sostuvo que Rusia enfrenta “con confianza” las sanciones sin precedentes impuestas por Occidente por su intervención militar en Ucrania, “gracias tanto a una política macroeconómica responsable de los últimos años como a las decisiones sistémicas tomadas para fortalecer la soberanía económica, tecnológica y la seguridad alimentaria”.
Putin llegó a afirmar que la victoria soviética sobre la Alemania nazi hace 77 años que Rusia celebró el lunes “se logró no solo en las batallas en los frentes, sino también debido al poder económico de nuestro país, que en ese momento se enfrentó al potencial industrial no solo de Alemania, sino de casi toda Europa”.
“Nuestras empresas productivas están ocupando paulatinamente los nichos que quedaron vacantes tras la salida de socios sin escrúpulos en el mercado interno, incluyendo bienes de consumo, equipamiento industrial y de servicios, maquinaria de construcción y agrícola”, sostuvo Putin.
Según el presidente, Rusia -el segundo productor de granos después de Ucrania y donde la campaña agrícola se ha frustrado por la ofensiva rusa- espera una cosecha récord este año de 130 millones de toneladas, incluyendo 87 millones de toneladas de trigo.
“Esto nos permitirá no solo satisfacer las necesidades internas con un margen, sino también aumentar los suministros al mercado global para nuestros socios, lo cual es muy importante para los mercados globales de alimentos”, subrayó.
A su vez, dijo, la inflación se está desacelerando gradualmente, si bien la tasa anual se sitúa ya en el 17.77 por ciento.
Putin indicó además que entre enero y abril el superávit presupuestario consolidado ascendió a 2.7 billones de rublos (41 mil millones de dólares), aunque los gastos también crecieron notablemente debido a decisiones para sostener la economía.
“En el contexto de una balanza comercial exterior positiva récord, el tipo de cambio de la moneda nacional, el rublo, también se está fortaleciendo. Este año muestra, probablemente, la mejor dinámica entre todas las monedas del mundo”, aseguró.
A finales de febrero, tras el inicio de la ofensiva militar rusa en Ucrania, el rublo cotizaba por encima de las 103 unidades por dólar y hoy se situaba en 65 por billete verde por primera vez desde principios de 2020.
Eso sí, admitió que la demanda interna se encuentra rezagada respecto al año pasado y que el dinero en las cuentas de empresas y ciudadanos continúa disminuyendo.
López Dóriga