El legendario extensita Boris Becker fue sentenciado el viernes a dos años y medio en prisión por transferir de manera ilícita grandes sumas de dinero y ocultar activos después de declararse en bancarrota.

El tres veces campeón de Wimbledon fue condenado a principios de este mes por cuatro cargos en virtud de la Ley de Quiebra y enfrentaba una sentencia máxima de siete años de cárcel.

La jueza Deborah Taylor anunció la sentencia después de escuchar los argumentos de la fiscalía y la defensa.

El alemán de 54 años fue declarado culpable de transferir cientos de miles de dólares desde su cuenta empresarial a otras cuentas, incluyendo la de su exesposa Barbara y la de su esposa Sharlely “Lilly” Becker, después de su bancarrota de junio de 2017.

Becker también fue condenado de no declarar una propiedad en Alemania y de ocultar un préstamo bancario por 825.000 euros (871.000 dólares) y acciones en una compañía tecnológica.

El jurado en la Corte Real de Southwark, en Londres, lo absolvió de otros 20 cargos, incluyendo el no haber entregado sus premios, incluyendo dos trofeos de Wimbledon y una medalla olímpica de oro.

Vestido con una corbata a rayas con los colores morado y verde de Wimbledon, ingresó al tribunal de la mano de su novia Lilian de Carvalho Monteiro.

El seis veces campeón de torneos de grand slam ha negado todos los cargos, asegurando que ha cooperado con los fideicomisarios encargados de incautar sus bienes, incluso ofreciendo su anillo de matrimonio, y que actuó bajo consejo de expertos.

Durante la audiencia de sentencia del viernes, la fiscal Rebecca Chalkley dijo que Becker actuó “de manera deliberada y deshonesta” y que “sigue intentando culpar a los demás”.

Su abogado defensor Jonathan Laidlaw pidió clemencia, asegurando que su cliente no había gastado dinero en un “estilo de vida lujoso” sino en manutención infantil, alquiler y gastos legales. Becker, dijo a la corte, ha sufrido de “humillación pública” y no tiene potencial para futuros ingresos.

El caso de bancarrota de Becker se deriva de un préstamo bancario por 4,6 millones de euros (5 millones de dólares) en 2013, así como los 1,6 millones que pidió a un empresario británico un año después, según el testimonio durante el juicio.

Durante el juicio, Becker dijo que los 50 millones de dólares que ganó en su carrera se fueron en pagos por un “costoso divorcio” y las deudas cuando perdió grandes sumas de sus ingresos tras el retiro.

Becker saltó al estrellato en 1985 a los 17 años, cuando se convirtió en el primer jugador no sembrado en ganar el título de Wimbles y posteriormente alcanzó el número uno del escalafón mundial. Ha vivido en Gran Bretaña desde 2012.

Reporte Indigo

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