Una investigación del Instituto Nacional del Ojo de Estados Unidos ha demostrado que el tratamiento de la oclusión venosa de la retina produce mejoras visuales duraderas, con una agudeza visual que se mantiene significativamente por encima del nivel inicial a los cinco años.
Sin embargo, muchos pacientes necesitan un tratamiento continuo. La oclusión de las venas de la retina es una de las afecciones más comunes que provocan ceguera; sin tratamiento, la oclusión de la vena central de la retina (OVCR), el tipo más grave de oclusión de las venas de la retina, suele provocar una pérdida de visión significativa y permanente.
La oclusión venosa de la retina está causada por una obstrucción de las venas que transportan la sangre desde la retina, el tejido sensible a la luz situado en la parte posterior del ojo. Esta obstrucción puede provocar un edema macular en el que el líquido queda atrapado dentro y debajo de la retina, lo que provoca una pérdida rápida y grave de la agudeza visual.
Sin tratamiento, esta afección suele provocar una pérdida permanente de la visión. El tratamiento más eficaz, las inyecciones de fármacos contra el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), ayuda a controlar la fuga de los vasos sanguíneos y la inflamación de la retina.
«Aunque el tratamiento con anti-VEGF se asocia a una mejora significativa tanto de la inflamación de la retina como de la agudeza visual en los pacientes con oclusión de la vena central o epirretiniana, nuestros resultados muestran que la mayoría de los pacientes seguidos seguían necesitando tratamiento para controlar el edema macular durante al menos cinco años», explica la doctora Ingrid U. Scott, una de las responsables del estudio, que se ha publicado en la revista científica ‘American Journal of Ophthalmology’.
En 2017, los investigadores del ensayo clínico informaron de que dos tipos de tratamiento anti-VEGF eran igualmente eficaces para mejorar la agudeza visual en personas con edema macular debido a la OVCR o a la oclusión de las venas epirretinianas (OVCR). La OVCR afecta a toda la retina, mientras que la OVR afecta generalmente a la mitad de la retina.
A la mitad de los participantes en el estudio se les administró ‘Avastin’ (bevacizumab), mientras que la otra mitad recibió ‘Eylea’ (aflibercept). Ambos fármacos se administraron por inyección una vez al mes durante seis meses. A los seis meses, la visión de los participantes de ambos grupos había mejorado, por término medio, más de tres líneas en una tabla optométrica.
Como se detalla en este nuevo estudio, los investigadores realizaron un seguimiento de los participantes durante cinco años, recogiendo información sobre su agudeza visual, los tratamientos y si el edema macular se había resuelto.
Tras el periodo inicial de 12 meses del estudio, los participantes fueron tratados a discreción de su médico. La mayoría de los médicos redujeron la frecuencia de las inyecciones de anti-VEGF y algunos cambiaron a sus pacientes al otro fármaco anti-VEGF.
A los cinco años, muchos participantes habían perdido algo de agudeza visual en comparación con la que tenían a los 12 meses; sin embargo, conservaban una media de tres líneas de mejora, en comparación con la agudeza que tenían al principio del estudio.
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