A la petición de actores, cantantes y comediantes para que pare la construcción del tramo 5 del Tren Maya, el presidente López Obrador respondió como sabe hacerlo; descontándoselos verbalmente a todos.

Y no tarda en descontarse a Greenpeace y a las organizaciones ambientalistas Siempre Unidas, Jaguar Wildlife Center, Centinelas del Agua, Red de Formadores Socioambientales y Moce Yax Cuxtal que le están pidiendo lo mismo, sobre todo cuando hay un socavón que deja al descubierto múltiples cavernas y ríos subterráneos.

Este socavón pone en riesgo incluso al propio tren ya que “la construcción de infraestructura ferroviaria encima de terreno kárstico, poroso y de poco espesor, es altamente riesgosa y puede derivar en inminentes colapsos” advirtió Greenpeace en un comunicado.

Es decir, imagina lector que vas disfrutando de la maravillosa desolación del paisaje y nomás de repente ¡sopas!, lo frágil del terreno cede ante el peso del tren y órale, para abajo con todo y locomotora.

¿Qué va a pasar con ese tramo? O lo rellenan con lo que matarán los ríos y destrozarán las cuevas milenarias, o cambian el trayecto con el consecuente taladero de árboles.

En este sentido López Obrador está haciendo historia como el terror de selvas y bosques. Cuando construyó los segundos pisos en la Ciudad de México se talaron alrededor de 44 mil árboles. En la construcción del tramo 4 del Tren Maya se deforestaron 144 hectáreas y hasta ayer iban deforestados 3 mil 200 metros de la etapa 5. Eso sin contar los 22 mil árboles que se talaron en uno de los tramos por donde siempre no pasará el Tren.

En lo personal doy gracias a Dios que el tabasqueño no fue alcalde de Tuxpan, mi tierra, porque hubiera pavimentado el río para hacer una ciclovía y la poca vegetación que queda la hubiera convertido en composta.

Malo que Andrés Manuel sea un tipo sin sentimientos (miles de niños con cáncer que carecen de medicamentos no me dejarán mentir), y pésimo que destruya de manera criminal un pulmón natural para priorizar un Tren que será un fracaso, pero que “va con todo”.

Como también va con todo su ataque al Congreso.

El pasado 15 de junio dio el primer aviso al manifestar que presentaría una reforma para eliminar a los 200 diputados y 32 senadores plurinominales y con eso “garantizar la democracia”.

Pero este miércoles cambió el concepto y dijo que en su propuesta de reforma electoral las diputaciones plurinominales desaparecerán a fin de ahorrar presupuesto. (Los senadores pluris quedan en stand by).

¿Esto garantizará la democracia? ¡Ja! Si su propuesta es aprobada será dueño absoluto del Poder Legislativo.

Hasta ahora la Cámara de Diputados tiene 500 legisladores contando los 200 plurinominales, con lo que hay 277 diputados del bloque de Morena (el 55%), contra 223 del bloque opositor (el 45%).

Con la “Ley Andrés Manuel” el Congreso Federal tendrá 300 diputados de los cuales 224 (el 75%) serán del bloque de Morena y 76 (el 25%) del bloque opositor.

Los legisladores plurinominales nacieron en 1977 como contrapeso al poder del partido hegemónico, el PRI de ese entonces, y la reforma provino del Secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles.

Pero la idea de don Jesús se desvirtuó al poco tiempo. Nada más fácil que ser cuate o familiar del presidente de un partido para aspirar a una curul pluri. Si el candidato no tiene experiencia ni palmarés político eso no importa, basta con que sepa rebuznar para cobrar un sueldazo y gozar de las prerrogativas como representante popular.

Reitero, inútiles y todo los pluris han servido de contrapeso, un contrapeso que ya no tendrá Andrés Manuel que cuando va en el cuarto año de su gobierno está adquiriendo tanto o más poder que don Porfirio.

Increíble que en ese tiempo haya tirado un aeropuerto para hacer una central avionera; que aumentara a 3 millones el número de pobres, a 2 millones el de miserables y dejara sin abasto a los hospitales. Increíble que no pudiera con una pandemia y no pueda contra la violencia; que tenga a México con la inflación más alta en los últimos 20 años y la tasa de crecimiento más baja en 50 años. Y que encima de todo esto sea el presidente más belicoso, el que más odia, el más mentiroso, rencoroso y el más sectario que ha pisado Palacio Nacional.

Increíble.

Ahí la lleva el señor; ahí la lleva. Lo malo es que también ahí nos lleva.

bernardogup@nullhotmail.com