Dice la letra de una popular canción “si Juárez no hubiera muerto…todavía viviría” y entonces seguiría siendo presidente de la República, y gracias a una recopilación del ideario político liberal del Benemérito de las Américas, por don Andrés Hinostroza en el libro Flor y Látigo, podemos ahora hacer un ejercicio de imaginación, de lo que se diría en las Conferencias Mañaneras, pero por el mandatario oaxaqueño, que seguramente nos manifestaría algo como lo siguiente:
“Los compatriotas no serán incestados por sus opiniones manifestadas de palabra o por escrito. Yo las respetará y haré que se respeten. En fin, con dulzura y con moderación procurare que todos cumplan con sus deberes; pero el que traspasare la línea que le trazan las leyes, el que atentare contra el derecho, el que turbare la paz de la sociedad, ése sufrirá, yo os lo protesto, señores, todo el rigor de la ley.
“Un sistema democrático y eminentemente liberal, como el que nos rige, tiene por base esencial la observancia estricta de la ley. Ni el capricho de un hombre solo, ni el interés de ciertas clases de la sociedad, formarían en esencia. Bajo un principio noble y sagrado él otorga la más perfecta libertad, a la vez que reprime y castiga el libertinaje. Él concede derechos e impone obligaciones que no sabe dispensar; por consiguiente, está lejos de comprenderlo cualquier ciudadano que se crea protegido por él para faltar a su deber o barrenar la ley. El puntual cumplimiento del primero y el más profundo respeto y observancia de la segunda, forman el carácter del verdadero liberal, del líder republicano. Es por tanto evidente que, a nombre de la libertad, jamás es lícito cometer el menor abuso.»
“Los actuales empleados del estado [de Oaxaca], y especialmente los que manejan sus rentas, son activos, pundonorosos y honrados, que limitan sus necesidades hasta el punto en que pueden satisfacerlas con sólo el fruto de su trabajo. Republicanos de corazón, se conforman con vivir en una honrosa medianía, que aleja de ellos la tentación de meter mano en las arcas públicas para improvisar una de esas vergonzosas fortunas que la moral reprueba y que la sociedad siempre maldice.”
“Bajo el sistema federativo los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad; no pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes; no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse así diligentemente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado.”
“Es necesario considerar, que cuando una sociedad, como la nuestra, ha tenido la desgracia de pasar por una larga serie de actos de revueltas intestinas, se ve plagada de vicios, cuyas raíces profundas no pueden extirparse en un solo día, ni con una sola medida. Se necesita de tiempo para preparar los elementos con que se pueden reorganizar los diversos ramos de la sociedad; se necesita de constancia para no desperdiciar esos elementos, a fin de llevar al cabo la obra comenzada; se necesita de firmeza para ir venciendo las resistencias que naturalmente oponen aquellos que han saboreado los frutos de la licencia y de los abusos; y se necesita de una grande capacidad para elegir y aplicar con la de ida oportunidad los medios a propósito, que satisfagan las exigencias del cuerpo social, sin exasperar sus ideales.”
“A nadie he perseguido por sus opiniones políticas, ni una lagrima se ha derramado por mi causa. El gobierno del estado conoce a todas las personas que trabajan por trastornar el orden público, sigue sus pasos, está en sus más secretas maquinaciones y, sin embargo, no ha querido dictar una providencia de aquellas que, sin justicia, tan frecuentes eran en el gobierno que pasó. Considerando que la paz es la primera necesidad del pueblo, mi mayor interés ha sido alejar la guerra civil del estado. Pero si no obstante la lenidad del gobierno, creyéndolo alguno débil porque procede con indulgencia, persiste en sus intentos, procederá con toda la energía que dan la fuerza y la opinión contra todo el que, olvidándose de sus deberes, pretenda subvertir la tranquilidad social.”
“Los déspotas aborrecen la luz y la verdad.”
“La emisión de las ideas por la prensa debe ser tan libre, como es libre en el hombre la facultad de pensar.”
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