Después del descontón que el Parlamento Europeo dio al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, señalando la situación de violencia que sufren los periodistas y cómo se ha exacerbado por el discurso y postura abierta de López contra los medios; ahora la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se sumó a la alerta.
Durante la 49 sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que se llevó a cabo el en Ginebra, Suiza, la alta comisionada rechazó el clima de violencia que viven los periodistas mexicanos y advirtió que “desafortunadamente, en ocasiones, funcionarios han contribuido al clima de miedo en el que trabajan al denigrar a los periodistas y la relevancia de su trabajo”.
La línea es la misma que el reciente llamado de los eurodiputados al gobierno mexicano, señalar una situación que está a la vista de la sociedad, menos a los ojos de AMLO, y frontalmente decir que se abona a la presión por ese resentimiento que tiene el presidente por las y los periodistas; como si fuera dueño de la verdad absoluta y nadie más puede informar, quien lo haga está mal, es su adversario y merece el desprecio de él y su legión.
La alta comisionada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, afirmó que los niveles de violencia que viven los periodistas en México no sólo son alarmantes, sino que prevalece la impunidad que se vive alrededor de estos. Bachelet ha sido presidenta de Chile en dos ocasiones, durante sus mandatos presidenciales promovió los derechos de todos, pero en particular los de los más vulnerables. Entre sus muchos logros destacan las reformas educativa y tributaria, así como la creación del Instituto Nacional de Derechos Humanos y el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, el establecimiento del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, la implantación de cuotas para aumentar la participación política de las mujeres y la aprobación de la Ley de Unión Civil, que otorga derechos a las parejas del mismo sexo y, por consiguiente, promueve los derechos de las personas LGBT.
Y su relación con Andrés Manuel López Obrador no es distante, antes de las elecciones del 2018 él visito a la entonces funcionaria del Gobierno Chileno, Andrés Manuel López Obrador como dirigente nacional del partido político Morena visitó a Bachelet durante una gira que el tabasqueño realizó por Sudamérica para explicar los proyectos que tenía de cara a las elecciones presidenciales en aquel momento.
Luego, ya como Comisionada de la ONU, Bachelet firmó un acuerdo con el Gobierno mexicano para apoyar en la formación a los agentes que integrarían el nuevo órgano de seguridad de López Obrador, la Guardia Nacional. La expresidenta chilena ha recalcó en su intervención, a inicios de abril del 2019 en Palacio Nacional, que el organismo «no puede estar ausente en un país con 40.000 desaparecidos y nueve mujeres asesinadas al día».
Con esas referencias ¿qué van a salir a decir?, la tacharán de borrega como a los eurodiputados, dirán que es parte de la conservadora mafia del poder, que es amiga de Calderón, le dedicarán un comunicado oficial, ¿cómo defender lo indefendible?. Es una de las mujeres de mayor influencia en la política mundial política de izquierda verdadera, no es una ultraderechista, ni mocha, ni ignorante; más de un morenista debe ser admirador de su trayectoria, pero hoy, si el presidente Obrador quiere, con su palabra la convertirá en enemiga.
Cuando altos funcionarios visitan al presidente en Palacio Nacional, como la reciente visita de Alejandro Mayorkas, secretario de seguridad de Estados Unidos; eso no se considera injerencismo, aunque vengan a planchar temas de política bilateral en favor de los vecinos del norte, ahí no ponen el grito en el cielo y presentan sus mejores galas del palacio del reyecito. Pero cuando se trata de temas que diariamente afectan a la sociedad, como la violencia e inseguridad que imperan, más la impunidad que reina por todos los rincones, ahí si se trata de colonialismo. Vaya enredos, y en medio las y los mexicanos que no nos alumbra el rayito de esperanza.