La carrera rumbo a 2024 por la gubernatura de Veracruz está en marcha y los aspirantes parecen definidos.
En ese marco, Morena cuenta al menos con 5 prospectos, la secretaria de Energía, Rocío Nahle García; el diputado federal, presidente de la Mesa Directiva en la Cámara Baja, Sergio Gutiérrez Luna; el secretario de Educación, del gobierno estatal, Zenyazen Escobar García; el delegado federal y responsable de los programas del Bienestar en la entidad, Manuel Huerta Ladrón de Guevara; y el titular de la Secretaría de Gobierno, Eric Cisneros Burgos.
Dados los resultados de las elecciones de 2018 y 2021, cuando Morena aplastó a la oposición, podríamos afirmar que cualquiera de ellos podría competir por la gubernatura con altísimas probabilidades de éxito en el 2024, a no ser que se registre un escenario que sume la división interna del partido en el poder, el desgaste de la marca –que depende de la aceptación y el apoyo social al presidente López Obrador–, y la suma de los partidos de oposición para presentar un frente común.
Si nada de eso ocurre, el escenario más probable es que el Movimiento repita en el Gobierno de Veracruz.
El problema para Morena es que la división interna cada vez resulta más evidente: este domingo, por ejemplo, los grupos de Morena en Veracruz midieron fuerzas en Minatitlán, donde organizaron eventos para difundir los beneficios de la reforma eléctrica impulsada por la 4T.
El presidente de la Mesa Directiva en la Cámara Baja, Sergio Gutiérrez, encabezó una reunión en el Centro de Convenciones, donde estuvo arropado por unos 50 legisladores; y a unos metros de ahí, los simpatizantes de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, representada por la diputada Rosalba Valencia, hicieron lo propio en la Unidad Deportiva Benito Juárez.
En la entidad es claro el apoyo que recibiría la titular de SENER del gobierno de Cuitláhuac García, manifiesto en la reunión organizada a finales de enero pasado en Boca del Río, donde se llevó a cabo una reunión de información sobre la reforma eléctrica, convertida en el pretexto ideal para la celebración de eventos políticos para impulsar a la 4T.
Es imposible no enmarcar esos eventos en la carrera por la gubernatura en 2024; al igual que en la evidente confrontación que se registra al interior del partido en el gobierno.
Los protagonistas de Morena probablemente piensan que la unidad interna no es necesaria; sin embargo, si de cara al cierre de la administración el partido se desgasta con más escándalos de corrupción, como el de la llamada Casa Gris, por ejemplo; y si la oposición decide unirse, como todo parece indicar, es escenario podría cerrar demasiado el resultado de la contienda.
Este lunes, por cierto, el gobernador volvió a lanzar un dardo dirigido a Gutiérrez Luna; el diputado se ha convertido en algo así como la bestia negra del ejecutivo estatal. Dijo Cuitláhuac García que hay personajes que se placean porque nadie los conoce.
El presidente de la Mesa Directiva en la Cámara Baja ha optado por evitar la confrontación directa y es cauto en sus expresiones cuando se refiere al gobernador; a mediados de enero, por ejemplo, llamó a cerrar filas con el ejecutivo estatal y a no politizar el tema de la inseguridad en el estado.
Sin embargo, desde la administración veracruzana parecen no estar dispuestos a tolerar un contrapeso interno en el partido.
En cuanto a los otros actores de Morena, Zenyazen Escobar, Manuel Huerta y Eric Cisneros, podríamos decir que se concentran en sus respectivas responsabilidades, sin descuidar sus recorridos y contactos con los grupos internos del partido; saben que el tema de la candidatura no está definido y que cualquier cosa podría ocurrir; incluso, el llamado a un bateador emergente.
@luisromero85