Un espectacular mapa, elaborado por el radiotelescopio europeo LOFAR, muestra una imagen en alta resolución de una parte del universo. Recoge más de 4,4 millones de galaxias, de las que un millón eran completamente desconocidas, que están a miles de millones de años luz de la Tierra.
Después de siete años de observaciones y análisis de datos, un equipo internacional de científicos ha cartografiado más de una cuarta parte del cielo del norte utilizando Low Frequency Array (LOFAR), un radiotelescopio paneuropeo.
El mapa revela una imagen de radio asombrosamente detallada de más de 4,4 millones de galaxias, de las que alrededor de un millón eran completamente desconocidas hasta ahora.
Ofrece una imagen muy dinámica de nuestro Universo que, como se ha hecho público, permite a cualquier persona ver las maravillas más exóticas de nuestro intrigante Universo bajo una nueva luz.
LOFAR es una gran red de radiotelescopios ubicada principalmente en los Países Bajos. Está formada por 50.000 antenas, agrupadas en 52 estaciones repartidas en 5 países europeos: Holanda (que tiene el 60% de ellas), Alemania, Francia, Gran Bretaña y Suecia.
Imagen recompuesta
Cada estación capta ondas de radio a través de su red de antenas, que luego se combinan para reconstruir una imagen del universo de gran resolución gracias a un conjunto de técnicas de interferometría.
Para elaborar el nuevo mapa, los investigadores reunieron 3.500 horas de observaciones que ocupan 8 petabytes de memoria, equivalentes a la capacidad de almacenamiento de datos de 20.000 ordenadores portátiles.
La mayoría de los objetos celestes reflejados en el mapa está a miles de millones de años luz de la Tierra y por lo general son galaxias lejanas que albergan en su interior enormes agujeros negros que contienen miles o millones de masas solares.
Estos enormes agujeros negros, al absorber estrellas del entorno y otros objetos cósmicos, emiten una fuerte radiación de radio. Entonces muestran un brillo especial que es el que captan las antenas de LOFAR.
Solo el comienzo
Los datos así obtenidos se pueden usar para buscar una amplia gama de señales, como las de planetas o galaxias cercanos, hasta firmas débiles en el Universo distante, explican los investigadores.
Según el astrónomo Timothy Shimwell, de la Universidad de Leiden (Países Bajos), este mapa es solo el comienzo, según indica en un comunicado.
«Solo representa el 27% de todo nuestro estudio. Debería conducirnos a muchos otros avances científicos en el futuro, sobre cómo las estructuras más grandes del Universo crecen, cómo se forman y evolucionan los agujeros negros, e incluso la física involucrada en la formación de estrellas en galaxias lejanas, así como las fases más espectaculares de la vida de las estrellas en nuestra propia Galaxia», señala Shimwell.
El mayor estudio
El mapa representa el mayor estudio jamás realizado de cúmulos estelares en colisión dentro de cientos a miles de galaxias, que ofrecen nuevos conocimientos sobre los campos magnéticos y las partículas de alta energía en las estructuras más grandes del Universo.
Refleja muchos aspectos singulares del universo, como curiosas señales de estrellas cercanas que pueden ser inducidas por exoplanetas en órbita, así como señala el púlsar de giro más lento que desafía las teorías actuales que describen tales objetos.
El mapa permite observar asimismo las llamadas «galaxias medusas», que desprenden material a medida que viajan a través del medio que las rodea, así como presenciar erupciones de agujeros negros que dan forma a su entorno local.
Red cósmica
También sondea el tejido de la red cósmica a través de las ubicaciones y formas de las galaxias, y arroja nueva luz sobre los agujeros negros supermasivos más distantes del Universo.
Por último, incluye el descubrimiento de numerosas radiogalaxias de todas las formas, tamaños y edades, que un proyecto de ciencia ciudadana creó para ayudar a encontrar nuevos agujeros negros en este zoológico de objetos.
Si bien estos descubrimientos ya están refinando nuestra comprensión del Universo, también está claro que el trabajo que se ha realizado hasta la fecha solo rasca la superficie de lo que está por venir, concluyen los investigadores.
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