Artistas y académicas se reunieron para compartir su visión del arte y cómo este puede ser un vínculo para crear comunidades, a la par de denunciar la violencia estructural que viven diariamente las mujeres, sin embargo enfatizaron que la apertura de espacios para el arte hecho por mujeres no debe ser únicamente para cumplir una cuota de género.
Así lo puntualizó la doctora Brenda J. Caro Cocotle, quien trajo a colación que si bien se han abierto más espacios para exponer la obra de mujeres, esto obedece, en muchas ocasiones, a cumplir con la agenda de lo políticamente correcto o sumarse a la celebración de fechas específicas, pero sin repercutir, realmente en las políticas públicas patriarcales.
“Me preocupa mucho, cuando pienso en esto, el que se asuma la voz de mujeres como un trabajo de cuotas, a ser políticamente correcto, es muy fácil abrir una exposición de “mujeres artistas”, pero que esto se límite a ciertos espacios, fechas, a ciertas líneas de acción institucional que no permean realmente en las partes estructurales dónde también deberían hacerse reflexiones”, comentó la gestora y curadora.
Una opinión similar fue compartida por Elissa Rashkin, académica de la Universidad Veracruzana, que enfatizó que aunque ahora hay trabajos de recuperación de figuras históricas femeninas, estas en general se aglutinan en un espacio arrinconado, sin incluirse dentro de la “Historia”:
“Siempre hay maneras de ver mujeres donde no han sido vistas, pero tenemos que hacer un paso extra, en lugar de agregar un apéndice al libro, ¿por qué no cambiamos el libro? porque el libro fue hecho por una mirada masculina que no explica la historia, sino sólo una parte. Cuando excluimos a las mujeres o las tenemos en un rincón como algo bonito dentro del discurso de igualdad creo que no estamos viendo una perspectiva amplia”.
Arte y apropiación del espacio público: Unidas
María Teresa González y Oriana Ávila, integrantes Unidas, compartieron las acciones que han realizado en conjunto del colectivo artístico de mujeres desde 2020, enfocadas especialmente para visibilizar la violencia contra mujeres en espacios públicos, resignificarlos y compartir información con la ciudadanía.
En ese sentido, Ávila mencionó su trabajo más reconocido en la ciudad, el mural “Históricas” ubicado en el viaducto del parque Juárez y cómo vieron en este acto la posibilidad de combinar el arte con un fuerte posicionamiento político “vimos que el muralismo funcionaba para un ocupar un espacio público por el que usualmente transitamos, pero a la vez darle una dimensión estética y militante”.
González, por su parte, rescató la posibilidad de armar una comunidad participativa durante el proceso de creación, pues durante la realización del mural mucha gente se sumó para hacerlo posible, desde la sociedad civil, instituciones públicas y voluntarias y apuntó
“Encontrar una comunidad es bastante chido, te ayuda a darte cuenta de cosas que parecieran simples pero no lo son, a ver que esas cosas que pensabas que eran tu culpa no lo son y a identificar esa violencia que has vivido y has ejercido”.
Antes que feminista era una mujer enojada: No todo arte hecho por mujeres es feminista
Ante las reflexiones que propuso Jessica Navarro González con relación al nombrar el arte como “feminista” Caro Cocotle puntualizó que no todo arte hecho por mujeres es feminista “porque hay muchas artistas mujeres que quizá no incluyan dentro de su obra estas inquietudes que son parte de muchas discusiones que se han dado dentro de la perspectiva de género”.
Las fotógrafas de Unidas explicaron al respecto que tienen otros proyectos que no se relacionan con su labor dentro del colectivo “nunca me planteé que porque le tomara una fotografía a la flor que me gustó la llamarían feminista porque yo lo soy”.
La investigadora se refirió de igual forma a los espacios de mujeres a los que de inmediato se les atribuye el adjetivo de “feministas”, “que haya espacios que incluyan mujeres no los hace feministas, no vamos a decir por eso “ya la hicimos, ya cambiamos la sociedad”.
Teresa González de Unidas compartió esta apreciación e hizo énfasis en que la vinculación entre arte y política es una decisión que debe hacerse de manera consciente, «antes de asumirme como feminista, me asumí como mujer enojada, pero llegó un momento en que me dije que tenía que hacer algo desde mi trinchera. Iba a las marchas, pero necesitaba que mi profesión se vinculara con mis ideales”.
El conversatorio «Feminismos, arte y activismo» forma parte del programa «Mujeres: el poder de la palabra. Conversatorios de feminismo, arte y sociedad», organizado por el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación.
AVC