Utilizando un fósil excepcionalmente bien conservado, científicos han creado la reconstrucción científicamente más actualizada de un ictiosaurio actualmente disponible.
Los peces lagarto, o ictiosaurios, fueron un grupo de animales muy exitoso que, al igual que las ballenas actuales, migraron de la tierra a los océanos, donde prosperaron durante unos 160 millones de años. Estos reptiles parecidos a delfines vivieron desde principios del Triásico hasta finales del Cretácico, casi al mismo tiempo que los dinosaurios gobernaban la Tierra.
Los peces lagarto, que se sustentaban con una dieta de tortugas y pulpos, entre otras cosas, han dejado un rico registro fósil. Este consiste principalmente en huesos y dientes, pero recientemente el descubrimiento de tejidos blandos, como la piel, los músculos, la grasa y el pigmento, ha abierto nuevas oportunidades para comprender la biología y la ecología de estos animales.
En un nuevo estudio publicado en Earth-Science Reviews, un grupo de geólogos de la Universidad de Lund ha analizado la investigación existente sobre peces lagarto, algo que beneficiará a los futuros paleontólogos.
«Esta historia de investigación abarca 300 años. Vale la pena señalar que el término ictiosaurio se acuñó en 1814, es decir, casi 30 años antes que el término dinosaurio», dice en un comunicado Mats E. Eriksson, profesor de paleontología en la Universidad de Lund.
Basándose en el conocimiento colectivo mundial de estos animales primordiales, así como de partes fósiles duras y blandas, los investigadores solicitaron la ayuda de la empresa danesa de esculturas 10 Tons, para crear una reconstrucción de tamaño natural científicamente correcta.
«Nuestro punto de referencia fue un pez lagarto que se encontró en Holzmaden, Alemania. Este fósil ha sido previamente objeto de un extenso estudio sobre la biología y la coloración de los peces lagarto, que hice junto con Mats y varios otros colegas, y fue publicado en la naturaleza», explica Johan Lindgren, investigador de geología de la Universidad de Lund.
En el trabajo se utilizaron una variedad de técnicas, incluida la escultura en arcilla y la impresión 3D, algo que tomó poco más de un año. La iniciativa escultórica, que podría llevarse a cabo con el apoyo de la Fundación Crafoord, pretende reflejar el estado actual de la investigación. La escultura está ahora en exhibición pública en el Departamento de Geología de Lund.
«Nuestra reconstrucción es la interpretación científicamente más moderna y, con suerte, correcta de cómo eran estos animales. Será valiosa para estudiantes e investigadores que quieran aprender más sobre el icónico pez lagarto», concluye Mats E. Eriksson.
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