Teníamos algo bueno y al parecer lo arruinamos al convertirlo en una sensación viral. Al parecer eso fue exactamente lo que sucedió con el fenómeno mundial que fue Wordle.

Es juego existió durante un buen tiempo como un título de culto entre algunos pocos enterados. Pero entonces medio mundo, incluido FayerWayer, se encargó de esparcir la voz sobre lo adictivo que era.

Fue entonces que todo mundo se volvió loco por Wordle, con todo y su peculiaridad de no contar con una app especial para dispositivos móviles, de modo que hasta la fecha solo puede jugarse en navegadores.

Aún así esto no evitó que el New York Times volteara a ver el juego y abriera la billetera para comprarlo. Y esto trajo un problema que nadie pronosticó.

Wordle ahora está lleno de rastreadores publicitarios

Cuando el New York Times anunció la adquisición de Wordle aclararon de inmediato que no alterarían el juego y que todo seguiría exactamente igual.

Lo que generó en su momento un poco de confusión sobre cómo entonces generarían dinero a partir de su inversión. Pero ahora todo ha quedado claro.

Ya que al parecer el diario estaría monetizando todo lo posible a partir de la información recolectada de cada usuario que juega una partida. Todo gracias a los rastreadores de anuncios o ad trackers:

Esto es según un tuit del especialista en seguridad digital Ben Adida, quien descubrió que luego de la adquisición por parte del New York Times, el nuevo sitio web de Wordle ahora está repleto de todo tipo de rastreadores.

Estos trackers son una forma popular en páginas web con los que las empresas realizan un seguimiento anónimo pero preciso de lo que hace cada visitante en su sitio y en buena parte de toda la sesión de navegación del individuo.

Todo con la finalidad de comprender mejor sus hábitos de navegación y a partir de ahí perfilar mejor qué tipo de anuncios se pueden mostrar para detonar el impulso de adquirir algún producto o servicio.

Si bien las últimas versiones de Android y iOS han puesto especial énfasis en detener este tipo de rastreadores lo cierto es que en sitios web las reglas son más flexibles.

De modo que incluso una inocente partida de Wordle podría ser crucial para determinar el tipo de publicidad que se verá en los días subsecuentes.

Eso no hace que el juego sea peligroso ni menos divertido. Pero es importante saber lo que sucede en segundo plano con cada palabra adivinada.

FayerWayer

Conéctate con Formato7:

Hijos de Presidentes: historias de privilegios y corrupción