El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) advirtió que no existe ningún conflicto de interés tras la polémica por el reportaje sobre la lujosa mansión en la que vivió su hijo José Ramón López Beltrán y su esposa Carolyn Adams en Houston, propiedad de un ejecutivo la petrolera Baker Hughes, contratista de Pemex.
En las instalaciones de la Base Aérea Militar 18 en Hermosillo, Sonora, afirmó que ninguno de sus hijos ni familiares tiene injerencia en su gobierno.
Destacó que lo que estima más importante en la vida es la honestidad, ya que de lo contrario lo hubieran hecho “papilla” sus adversarios.
#ConferenciaPresidente
AMLO: Guerra sucia es contra mi, no contra mis hijosEl presidente señalo que, aunque no hay conflicto de interés, se investigará el caso de la renta de una casa en #Houston por parte de la esposa de su hijo mayor, José Ramón López. pic.twitter.com/XbZ2EfVbJE
— Punto 4T (@Punto4T) February 11, 2022
Luego de que emplazó al periodista Carlos Loret de Mola a que diera a conocer sus ingresos mensuales, dijo que su hijo José Ramón López Beltrán tendrá que responder.
“José Ramón tiene 40 años, es independiente y no tiene que ver con el gobierno porque ninguno de mis hijos tiene que ver con los asuntos públicos, ninguno de mis familiares, porque yo hice un compromiso con el pueblo de México de no corrupción, ni el amiguismo, ni el influyentismo, ni el nepotismo, de ninguna de esas lacras de la política y no le voy a fallar al pueblo, espero que José Ramón conteste”; expresó.
“Si lo analizamos pues no es atacar a mi hijo Andrés por los Chocolates Rocío, no es atacar a José Ramón porque su esposa tiene una casa que estaba vinculada con una empresa estadounidense que trabaja para Pemex, lo cual no es cierto, no hay conflicto de intereses, además la autoridad se hará cargo de investigar”, aseguró.
AMLO acusó que los ataques no son contra sus hijos, “es a mí, ahora sí que tomo nota”. “Ya me hubieran hecho papilla políticamente hablando si fuese yo corrupto”, acotó.
Reporte Indigo
Conéctate con Formato7:
DESDE EL CAFÉ | Sobre ultrajes a la autoridad el balón cambió de cancha