A nivel internacional, el cáncer es una de las enfermedades más preocupantes debido a las vidas que cobra anualmente. No obstante, especialistas han realizado diversos estudios para prevenir su desarrollo y entre estos destaca la importancia de la alimentación.

Según lo menciona una estadística de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de cualquier tipo es la causa principal de muertes en 2020, pues tan solo en ese año se registraron casi 10 millones de fallecimientos.

Entre los cánceres más mortales en 2020 fueron el pulmonar, colorrectal, hepático, gástrico y de mama; sin embargo, con la llegada de la pandemia la gravedad de padecer cáncer aumentó porque era más complicado que las personas acudieran frecuentemente a chequeos médicos, dado que se retrasaba la detección temprana del cáncer, así como de sus tratamientos.

Alimentación, una forma primaria de prevenir el cáncer

Como se mencionó anteriormente, se han realizado diversos estudios en torno al cáncer para conocer formas en las que se puede prevenir y, entre estas, destaca la importancia de contar con una alimentación saludable.

La Sociedad Americana de Lucha contra el Cáncer recomienda, a partir de estudios científicos, ciertas medidas de prevención contra el cáncer, por ejemplo:

– Realizar actividad física por lo menos cinco horas a la semana.

– Llevar una alimentación basada en vegetales y frutas frescas.

– Sustituir los granos refinados por granos integrales.

– Evitar en mayor medida el consumo de alimentos procesados, carnes rojas y bebidas azucaradas.

– Evitar el consumo de alcohol excesivo.

Por su parte, el Código Europeo Contra el Cáncer explica que una alimentación es clave para prevenir el cáncer, pues según investigaciones científicas, es posible reducir el riesgo de cáncer hasta en un 18% con una alimentación sana y cuidado del peso corporal.

Alimentación para prevenir el desarrollo de cáncer

De acuerdo con la Sociedad Americana de Lucha contra el Cáncer, una alimentación saludable que pueda prevenir en el desarrollo de un cáncer se basa en:

– Evitar alimentos con acrilamida, pues es una sustancia considerada como “probable carcinógeno”, que se encuentran en papas fritas, frituras saladas, pan, galletas, cereales para el desayuno, aceitunas negras enlatadas, jugo de ciruela y café.

– Aumentar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes, porque estos funcionan como escudo ante el riesgo de padecer cáncer. Estos se encuentran en frutas y verduras, principalmente, las cuales se pueden comer hervidas, asadas o en su estado natural.

– No consumir alimentos que contengan cantidades altas de arsénico, pues es otro factor que promueve el desarrollo de cáncer. Este se localiza en mariscos, arroz, champiñones, jugos de fruta procesados y en algunas aves.

– Reducir el consumo de café, pues estudios han demostrado que el consumo de bebidas calientes es un riesgo para padecer cáncer de esófago, boca, garganta y laringe.

– Las dietas vegetarianas o veganas también brindan numerosos beneficios para la salud debido a que son ricas en fibra, vitaminas y componentes alimentarios bioactivos, además de que no incluyen carnes rojas ni procesadas, por ello, son benéficas para evitar el desarrollo de algún tipo de cáncer.

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