Canadá ha dado un paso significativo en la lucha contra distintos padecimientos mentales, un combate donde buena parte de las esperanzas están puestas en los psicodélicos. El Ministerio Federal de Salud hizo una modificación al reglamento de alimentos y drogas, permitiendo que los médicos del país puedan solicitar el uso de estas sustancias (psilocibina, MDMA, LSD, entre otras) en el tratamiento de ciertos pacientes. Las autoridades han creado para tal fin el Programa de Acceso Especial, de acuerdo a lo publicado en la gaceta oficial el pasado 5 de enero.
Con esta decisión, Ottawa reconoce que “la evidencia científica respalda los beneficios terapéuticos” de estas drogas para tratar problemas de salud mental. Asimismo, el documento señala que las opciones actuales de tratamiento para diversos padecimientos de este tipo son “limitadas, relativamente ineficaces y/o van acompañadas de efectos secundarios negativos”. El ministerio llegó a estas conclusiones tras abrir una serie de consultas en diciembre de 2020 con investigadores, organizaciones y médicos, así como con un grupo de individuos aquejados por alguna de estas dolencias o con familiares en esta situación.
Diversos estudios han dado muestra en años recientes de los beneficios médicos de los psicodélicos, tras décadas de cerrazón de los Gobiernos para emplearlos en investigaciones. Expertos del Imperial College de Londres constataron que la psilocibina (principal psicoactivo de los hongos alucinógenos), combinada con sesiones de psicoterapia, ayudaba a personas con depresión severa que no habían respondido positivamente a varios antidepresivos. Científicos estadounidenses y canadienses publicaron un artículo en Nature Medicine donde mostraron que la prescripción de MDMA (droga conocida popularmente como éxtasis), y acompañada también de psicoterapia, alivió drásticamente los síntomas de individuos aquejados de trastorno de estrés postraumático. Otras investigaciones han mostrado beneficios en casos de ansiedad, estrés y dependencia al alcohol.
En Canadá, la autorización para el empleo de estas sustancias estaba reservada únicamente para ensayos clínicos y solicitudes personales de pacientes en fase terminal (55 aprobadas hasta hoy). La nueva disposición permite a los profesionales de la salud dirigirse al ministerio –a través del Programa de Acceso Especial- para pedir el uso de estas drogas, siempre y cuando sean para personas con “enfermedades graves o potencialmente mortales en los que los tratamientos convencionales han fracasado, no son adecuados o no están disponibles”.
Ronan Levy, director ejecutivo de Field Trip, una red de clínicas con sede en Toronto que ha probado ya tratamientos con ketamina, expresó en un comunicado: “Aunque estas modificaciones no proporcionan todavía un acceso médico generalizado a las terapias con psicodélicos, se trata de un avance alentador y celebramos que el ministerio de Salud de Canadá sea un claro líder en este sentido”. Por su parte, TheraPsid, organización sin fines de lucro de Columbia Británica enfocada en la psilocibina de uso terapéutico, se pronunció de forma similar al decir que es un paso en la dirección correcta, pero las restricciones continuarán limitando a muchas personas que requieren de estos tratamientos.
El Ministerio de Salud de Canadá permite desde 2021 a un puñado de compañías (como Cybin, Psygen y Numinus) producir psilocibina con fines de investigación. El pasado 17 de enero, Pysgen obtuvo una licencia para fabricar LSD, MDMA, DMT y mescalina con el mismo propósito. Estas y otras firmas sostienen contactos con el ministerio a modo de obtener una licencia de distribución para el Programa de Acceso Especial. De acuerdo a Bridge Market Research, el mercado global de tratamientos a base de drogas psicodélicas podría rondar los 7.600 millones de dólares estadounidenses en 2028. Sin embargo, este escenario dependerá de los cambios en regulaciones nacionales o regionales.
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