Ciudad de México. En menos de dos años, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) cumplirá la meta de construir los tres tramos finales del circuito del Tren Maya, una vez que se rediseñó el trayecto, debido a que se descubrió una zona de terreno inestable que obligó a cambiar la ruta, afirmó el jefe del centro coordinador de este proyecto, Raúl Manzano Vélez.

En entrevista con La Jornada, el ingeniero militar explicó que el Ejército es el responsable de construir los tramos 5 Norte del sur de Cancún a Playa del Carmen, 6 de Tulum a Bacalar y 7 de Bacalar a Escárcega, Campeche.

Estos tramos corren paralelos a la Riviera Maya, su rediseño se anunció la semana pasada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y obedeció a que, durante la perforación para levantar los pilares sobre los que irían las vías elevadas, se descubrieron cavernas en el subsuelo.

“Oquedades no solamente en el sentido horizontal, sino en el sentido vertical, como si fuera un panal”, por lo que cimentar las mil 200 columnas necesarias para sostener el viaducto elevado del proyecto original hubiera tomado varios años.

Manzano Vélez señaló que la solución por la cual se optó es cambiar el proyecto por una vía de superficie, que correrá sobre terreno continental, firme, en un trayecto paralelo a la costa, aproximadamente a 4 kilómetros de distancia de la línea del litoral.

Esto obligará a construir un nuevo tramo carretero que conecte a la terminal del tren con Puerto Morelos.

Empezamos tarde

La Sedena tuvo que entrar a terminar esta parte del Tren Maya, luego de que ninguna empresa privada quiso asumir el reto, afirmó el general Manzano: “Por la complejidad técnica, el señor Presidente de la República solicitó el apoyo de los ingenieros militares de la Secretaría de la Defensa, y aquí estamos. Es por ello que se nos encomendó este tramo, porque es muy difícil técnicamente, y contamos con toda la experiencia para hacerlo, pero empezamos tarde”.

Las obras a cargo de la Sedena empezarán a ejecutarse en los últimos días de marzo próximo y se concluirán en diciembre de 2023.

Los otros cuatro tramos, encomendados a empresas privadas, comenzaron a construirse entre abril y mayo de 2020 y algunos se entregarán este mismo año.

Se trata de un proyecto integral, pues históricamente en México “los trenes abrían caminos para socavar solamente los recursos que se encontraban en su ruta, no sólo para unir poblaciones, sino para saquear los recursos naturales de la región”, explicó el ingeniero militar.

En contraste, el Tren Maya contempla desde su diseño planes de desarrollo económico y social, así como de protección de la flora y fauna del lugar.

Mencionó como ejemplo las obras para llevar agua potable a Calakmul, donde por 70 años se ha sufrido desabasto.

“Vamos a hacer labor social en esas áreas; nos da mucho orgullo y lo hacemos con mucha energía porque el impacto y el beneficio es directamente a las comunidades de esa región de la península, que por muchos años estuvieron en un rezago de todo tipo”, sostuvo el general Manzano.

La Jornada/Eduardo Murillo

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