Un grupo de fármacos ya probados, de la familia de inhibidores de la reductasa ribonucleico , parece detener eficazmente el tipo de cáncer de útero más agresivo, el carcinoma seroso uterino, según ha revelado una investigación.
El artículo, que se ha publicado en ‘Cancer Research’, está dirigido por los investigadores de la Case Western Reserve University en Cleveland (EEUU) y el Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York (EEUU), quienes han demostrado que estos fármacos se dirigen a dos mutaciones en el gen que codifica el supresor de tumores PP2A, presente en hasta el 40% de los carcinomas serosos uterinos.
Según los investigadores, el cáncer de útero es el cáncer ginecológico más común, con más de 60.000 casos diagnosticados cada año en los EEUU. El subtipo de endometrioide es el más común y, en general, responde bien a las inmunoterapias dirigidas. Por el contrario, el subtipo seroso uterino tiene pocas mutaciones genéticas que lo convertirían en un candidato para terapias dirigidas, y las pacientes enfrentan una progresión rápida de la enfermedad y un pronóstico nefasto.
«Si bien el carcinoma seroso uterino representa solo el 10% de los cánceres de útero, representa la mayoría de las muertes. Demostramos que la mutación PP2A es común en el carcinoma seroso uterino y encontramos una nueva opción de tratamiento potencial para estas pacientes», ha comentado la autora, Caitlin O’Connor, investigadora de la División de Medicina Genética de Michigan Medicine.
El supresor de tumores PP2A detiene el crecimiento del cáncer, de una manera similar al mecanismo de unos frenos de un coche, según los autores del estudio, quienes han realizado n cribado de alto rendimiento de 3200 compuestos farmacológicos frente a muestras de células serosas uterinas de pacientes con cáncer recurrente.
Posteriormente, los investigadores limitaron su atención a uno de los resultados de la detección de drogas, el inhibidor de RNR clofarabina, y lo probaron en un modelo de ratón de carcinoma seroso uterino. Los inhibidores de RNR interfieren con el crecimiento de las células tumorales al bloquear la formación de AND. De acuerdo con los datos basados en células de la detección de drogas, la clofarabina redujo los tumores en ratones.
Asimismo, el equipo realizó un análisis retrospectivo de pacientes tratadas con el inhibidor de RNR gemcitabina como terapia de última línea para este subtipo, en comparación con pacientes con el subtipo endometrioide. «Descubrimos que las pacientes con carcinoma seroso uterino en realidad tenían mejores resultados que las pacientes endometrioides», ha explicado O’Connor.
Ahora, los investigadores planean comenzar un ensayo clínico de gemcitabina en pacientes con carcinoma seroso uterino.
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