Era de esperarse que este jueves el presidente Andrés Manuel López Obrador saliera en defensa del gobernador Cuitláhuac García, quien luego de que la Fiscalía General del Estado detuviera el día anterior a José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado –al cual se le imputa la presunta autoría intelectual del crimen de René Tovar, candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Cazones de Herrera, ejecutado dos días antes de la elección municipal de junio pasado–, al mandatario veracruzano se le echaron encima dos de los animales políticos más pesados: el morenista Ricardo Monreal, líder de la Cámara alta del Congreso de la Unión, y Dante Delgado, dirigente nacional de MC, quien inclusive llegó al extremo de amagar con pedir la desaparición de poderes de su estado natal, lo que en opinión de algunos expertos en derecho constitucional fue un verdadero disparate.

“A lo mejor no voy a ser objetivo, pero le tengo mucha confianza al gobernador Cuitláhuac García, creo que es uno de los mejores gobernadores que ha tenido Veracruz en los últimos tiempos, porque mi estado, Veracruz, porque mi padre era veracruzano, padeció de muchos gobernadores mediocres y ladrones y ese era el principal problema en Veracruz”, declaró el Jefe del Ejecutivo federal.

“Ahora, por primera vez, en bastante tiempo, que tiene un gobernador honesto, íntegro, que es incapaz de llevar a cabo una injusticia en contra de nadie. Le tengo toda la confianza. Y espero que, en este caso, las autoridades que están analizando el asunto, porque además es apenas una instancia, que resuelvan con apego a la verdad, sobre todo, no sólo con apego a Derecho, sino que se vaya al fondo, se esclarezcan los hechos y se resuelva”, expuso López Obrador.

El espaldarazo del Presidente a Cuitláhuac es porque sabe que su lealtad es a prueba de todo, de la que requerirá en un estado estratégico como Veracruz para enfrentar en la sucesión presidencial de 2024 a quienes desde ahora se perfilan como sus principales adversarios, entre ellos Monreal –que aspira a sucederlo en el poder y que ya advirtió que no está de acuerdo con el método de la encuesta avalado por López Obrador para elegir al candidato o candidata de Morena–, y Dante Delgado, quien recién cedió al senador jalisciense Clemente Castañeda la coordinación de su grupo parlamentario para volver a encabezar la dirigencia nacional de MC precisamente para articular con organizaciones ciudadanas un frente amplio opositor que enfrente al obradorismo en los comicios dentro de dos años y medio.

Cuitláhuac, desde ahora, ha hecho manifiesto su apoyo a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y a la secretaria de Energía, Rocío Nahle, consideradas las favoritas de López Obrador para relevarlo en la Presidencia y para la gubernatura de Veracruz, respectivamente.

El caso del funcionario del Senado es sólo una prueba más de que García Jiménez no se arredra ante nada ni se deja intimidar por nadie y que, por ende, no entregará tan fácilmente el bastión electoral veracruzano a los adversarios de AMLO, tal como lo demostró en las recientes elecciones federales y locales del 6 de junio de este año, en los que contra todos los pronósticos y pese a su baja popularidad reflejada en las encuestas, arrasó a la oposición y la sigue debilitando cooptándole diputados locales y presidentes municipales electos.

AVISO: Debido a las fiestas navideñas y celebraciones de fin de año, esta columna volverá a publicarse hasta el lunes 3 de enero próximo. Felicidades y mis mejores deseos para todos.