Así como a finales de 2016 decidieron expulsar del PRI al ex gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa –quien a mediados de octubre de ese año, a menos de dos meses de que concluyera su administración, decidió separarse de la gubernatura para enfrentar los cargos que en su contra había presentado la Fiscalía General de la República (FGR), huyendo posteriormente a Guatemala–, ahora el partido tricolor, si deveras quiere recuperar para la sucesión presidencial y estatal de 2024 la credibilidad y confianza del electorado al que traicionó, estaría obligado a enjuiciar y purgar también de sus filas al ex presidente Enrique Peña Nieto y al ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, actual coordinador de la bancada priista en el Senado, los cuales quedarán muy mal parados tras la detención en Canadá del general Eduardo León Trauwitz, quien está por ser extraditado a México.
Y es que de acuerdo con las investigaciones realizadas por la FGR en coordinación con Petróleos Mexicanos (Pemex), la organización delictiva que encabezó de 2014 a 2018 el ex jefe de ayudantes de Peña Nieto posibilitó la sustracción ilícita de 11 millones 876 mil 644 barriles de combustible en el ducto Minatitlán-México y de 962 mil 756 barriles en el ducto Madero-Cadereyta.
Según publicó este domingo La Jornada, el diario más afín al régimen obradorista, dicha información fue otorgada por el Ministerio Público Federal ante jueces de control de Almoloya de Juárez, Estado de México, para que se libraran órdenes de aprehensión en contra de los involucrados en la red de corrupción que permitió que grupos delictivos sustrajeran ilícitamente combustibles de los ductos de Pemex, lo que también consta en el amparo en revisión 353/2019, que resolvió el tercer tribunal colegiado en materia penal.
En tales documentos se menciona que “al menos de 2014 a 2017 se han desplegado en forma permanente y reiterada conductas que tienen como finalidad cometer delitos en materia de hidrocarburos”, por lo que se acusó a todos los involucrados de cometer delitos que comúnmente se han denominado “huachicoleo”, y por ello se les consideró parte de una organización de delincuencia organizada.
En esa red de corrupción, el Ministerio Público Federal ha señalado que existieron “funciones de dirección, supervisión, identificación de mandos jerárquicos, división de tareas, de roles y estos aspectos, como ya se han indicado, presumiblemente acontecieron en Puebla, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Tlaxcala y la Ciudad de México”.
¿A poco deveras Peña Nieto y Osorio Chong, de cuya Secretaría de Gobernación dependía el sexenio anterior la seguridad pública federal, ignoraban lo que hacía el general León Trauwitz, quien luego de ser jefe de ayudantes del ex presidente estuvo a cargo de la Subdirección de Salvaguardia de Instalaciones Físicas de Pemex, de 2014 a 2018?
Este sábado, coincidentemente, se dio a conocer también que en un operativo de la Marina Armada de México efectuado en el estado de Puebla, fue detenido Néstor Carvajal Colotla, (a) El Viejón, uno de los líderes del cártel Sangre Nueva Zeta –dirigido por Roberto de los Santos de Jesús, (a), El Bukanas, un ex policía municipal de Acultzingo, Maltrata y Camerino Z. Mendoza–, que asociado al cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) extendió sus operaciones de Tamaulipas y Coahuila a los estados de Puebla, Tlaxcala, San Luis Potosí y Veracruz.
Además de saqueos a trenes de carga, extorsiones a empresarios y comerciantes, y del tráfico de drogas, Carvajal Colotla es señalado de cobrar “derecho de piso” a los grupos dedicados al robo de combustible precisamente en el ducto Minatitlán-México de Pemex.
O. Chong-Yunes, el dúo dinámico
Hace cuatro años y medio, el lunes 29 de mayo de 2017, visitó el norte de Veracruz el entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Pero el encargado de la seguridad pública nacional no viajó a Pánuco, donde cuatro días antes habían sido ejecutados el regidor quinto Juan Carlos Zamarripa Fernández y el médico Miguel Ángel Serrano Castro, presidente de la Asociación Ganadera de la colonia Piloto, cuyo atentado ocurrió curiosamente a menos de un kilómetro de un retén permanente de la SEDENA.
Osorio Chong arribó a Poza Rica, donde la inseguridad tampoco cesaba pese al generoso apoyo que la Federación le había dado al gobierno del estado que encabezaba el panista Miguel Ángel Yunes, con quien el hidalguense mantenía una estrecha relación política y personal desde que ambos eran pupilos de la maestra Elba Esther Gordillo, ex dirigente nacional del SNTE. El vínculo entre ambos se reafirmó en 2015, cuando Yunes Linares fue electo diputado federal plurinominal y presidió la Comisión de Seguridad Pública en la Cámara baja del Congreso de la Unión.
Ese día, acompañado del Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales, el secretario de Gobernación del presidente Peña Nieto refrendó el respaldo de la Federación al gobierno de Veracruz para la implementación de acciones de seguridad. Sin embargo, el titular de la SEGOB dijo ante Yunes que el objetivo era generar condiciones de desarrollo y tranquilidad a nivel local pero subrayando la necesidad de que los gobiernos locales fortalecieran sus instituciones de seguridad. “La corresponsabilidad en el combate a la delincuencia representa un factor indispensable para lograr los resultados que en materia de seguridad demandan los ciudadanos”, expresó en esa ocasión Osorio Chong, quien anunció el arribo de 200 elementos más de la Policía Federal a Poza Rica y a Rodríguez Clara, municipio en el sur del estado donde tres días antes habían aparecido cinco cuerpos decapitados.
Sin embargo, pese al espectacular apoyo que recibió de las fuerzas federales, el gobierno de Yunes no pudo abatir los índices criminales en el estado, tal como lo había prometido en su campaña en 2016.
Precisamente en Pánuco, ya como gobernador electo, durante el último foro del Plan Veracruzano de Desarrollo 2016-2018 realizado en esa cabecera municipal en septiembre de ese año, el panista advirtió al crimen organizado que “se van a encontrar a un gobernador que tiene los pantalones bien puestos y la mano muy firme para combatirlos, de correr todos los riesgos”.
“¡Ya basta de complacencias con los delincuentes, porque ya basta de desaparecidos! ¡Ya basta de homicidios, ya basta de extorsión, ya basta de pago de derecho de piso y ya basta de que nuestro estado se encuentre en manos de la delincuencia organizada, permitido sin duda alguna por los altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública…!”, advirtió Yunes.
El delegado del CISEN en Veracruz era Alejandro Gómez Medina. ¿Qué información pasaba a sus jefes?
Y es que, desde entonces, ya se oía hablar de Roberto de los Santos de Jesús, (a) “El Bukanas”, quien lideraba una banda dedicada al robo de combustible y atraco a trenes, por el cual la Fiscalía yunista llegó a ofrecer hasta 5 millones de pesos de recompensa a quien proporcionara datos para su captura.