El Trastorno obsesivo compulsivo es una de las 20 enfermedades más discapacitantes, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Este problema neurológico se manifiesta con un trastorno de ansiedad frente a ideas fijas recurrentes y persistentes.
Científicos de la Universidad de Brown, en Estados Unidos, desarrollaron un nuevo tratamiento para el TOC, identificando las señales cerebrales asociadas con sus síntomas.
El resultado permite realizar una estimulación cerebral más específica, gracias al conocimiento de las zonas que se activan justo antes de realizar los rituales de control. La revista Nature Medicine publicó el estudio y sus conclusiones.
Así se realizaron las nuevas investigaciones sobre el Trastorno obsesivo compulsivo
El estudio se realizó por 18 meses con cinco personas (dos hombres y dos mujeres), con rituales compulsivos de limpieza y control que comenzaron cuando eran niños o en la juventud.
Anteriormente tomaron antidepresivos y asistieron a terapias, pero sin resultados positivos.
Los investigadores observaron que, cuando los pacientes hacían cosas que consideraban incómodas (como tocar un interruptor de luz que puede estar sucio, o permitir que una persona con manos sucias los tocara), se generaban señales cerebrales.
En una zona específica del cerebro, la llamada Zona de Recompensa, es donde se originaban las ondas. Aquí es dónde, de acuerdo con los científicos, deben realizarse la estimulación cerebral, que consiste en una cirugía para colocar electrodos en el cerebro.
El monitoreo realizado a los cinco voluntarios permitió a los investigadores vincular las ondas cerebrales con los flujos y reflujos de la afección.
Las visiones de los autores principales del estudio
Nicole Provenza, que dirigió el estudio, señala: “Es la primera vez que las señales cerebrales de los participantes con la enfermedad neuropsiquiátrica se han registrado crónicamente en cada, junto con las medidas de comportamiento relevantes”.
Provenza es una graduada de ingeniería biomédica de la Universidad de Brown.
“Usando estas señales cerebrales, podemos diferenciar cuando alguien está experimentando síntomas de TOC y cuándo no. Esta técnica hizo posible registrar esta diversidad de comportamiento y actividad cerebral”.
Apunta el doctor David Burton, uno de los autores principales del estudio: “El TOC puede ser increíblemente debilitante, con rituales de limpieza o control compulsivo que ocupan el 100 por ciento del tiempo y la energía mental de las personas”.
“Para los más gravemente afectados, pueden sentirse mentalmente atrapados, incapaces de salir de su hogar por temor a que se contaminen con suciedad o que algo malo pueda suceder”, recuerda Burton. “La estimulación cerebral que reacciona a los síntomas y su gravedad realmente podría ayudar a las personas con TOC”.
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