Parece una especie de maleficio que en un mundo que está lleno de estímulos, actividades, productos y servicios, en ocasiones nos sintamos abrumados, aburridos, chocados y estancados. ¿Cómo es que, habiendo tanto por hacer, a veces nos atascamos en las mismas rutinas y llegamos a sentirnos atrapados y desmotivados?
Los expertos en comportamiento humano han estimado que hasta el 50% de nuestras actividades diarias son hábitos: comportamientos que ejecutamos de manera automática o casi automática, sobre los cuales reflexionamos muy poco. Nos sentimos cómodos escuchando una y otra vez la misma lista de reproducción en Spotify. La empresa sueca no me dejará mentir cuando nos proporcione el resumen de lo que escuchamos este año. Pero también estamos desesperados por saber qué pasará en el próximo capítulo de nuestra serie favorita. Queremos novedad dentro de la familiaridad. No todo está perdido.
Todos los humanos nos vemos atraídos por lo novedoso y tenemos curiosidad por lo que acontece a nuestro alrededor. En lo que diferimos unos de otros es en lo que capta nuestra atención; lo que tiene suficiente valor para nosotros como para energizarnos a buscar más. Por otro lado, también somos seres que buscamos seguridad y tenemos cierta aprehensión a lo familiar. Nuestra naturaleza es vivir entre estos dos extremos.
Necesitamos de los hábitos para tener estabilidad y de la exploración para poder progresar. Los hábitos nos hacen sentir seguros; la exploración, vivos. ¿Cómo, entonces, obtener lo mejor de ambos mundos? Una opción es implementar un poco de variación dentro de nuestros hábitos existentes. Otra alternativa es emprender nuevas actividades y explorar nuevos caminos. Como dicen, “el mayor aprendizaje se da fuera de la zona de confort”. Y en la raíz de cada nuevo aprendizaje está la curiosidad.
Podemos definir la curiosidad como la búsqueda de nuevas experiencias y conocimiento. Es un rasgo distintivo de una de las cinco dimensiones de la personalidad: la apertura a la experiencia. En el mundo laboral, la curiosidad es hoy en día una de las habilidades más demandadas. En el campo de la salud mental, se sabe que la curiosidad tiene una influencia positiva en el bienestar. Existen diferentes tipos de curiosidad, y cada uno de ellos tiene beneficios específicos.
1.- Cuando nos damos cuenta de que hay una brecha en nuestro conocimiento, somos más propensos a cerrarla, por lo que buscamos más información. Esto nos hace sentir más competentes, lo cual a su vez incrementa la confianza en nosotros mismos. Al conocer más sobre un tema, tenemos más domino sobre él e incluso somos capaces de generar más ideas, fomentando así la creatividad y la innovación. En ocasiones, lo importante es ligar la información a algo que sea valioso para nosotros. Preguntante, ¿cómo me puede ayudar conocer un poco más sobre esto? ¿Qué utilidad tendrá en mi vida y dentro de mi comunidad?
2.- Cuando exploramos nuestro entorno y prestamos atención a determinados estímulos y detalles, comenzamos a comprender un poco más sobre él. Esto hace que generemos conexiones entre diversos y distintos campos. Nos permite ver relaciones que antes no veíamos. “Conectamos los puntos”. Ponte como objetivo notar algo que no hayas notado antes. Intenta comprender cómo se relaciona con otros elementos de su entorno.
3.- Al interactuar con otros, satisfacemos nuestra necesidad innata de conexión social y afinidad. Compartir con otros lo que es valioso para nosotros es fundamental para nuestro bienestar. Intercambiar información con otras personas es imperativo para nuestro desarrollo como personas y como profesionistas. Al final del día, mucho de lo que sabemos del mundo es gracias a otros y sus contribuciones. El aprendizaje cultural es uno de los legados más grandes de nuestra especie. Convivir con los demás hace que podamos sumergirnos en otros mundos y entenderlos, ampliando así nuestro panorama y nuestra perspectiva. Más que juzgar, pregúntate por qué la gente actúa de cierta forma. ¿Cuáles pueden ser sus razones? ¿Será que reacciona distinto que yo porque tiene otra personalidad y otros valores?
4.- Se sabe que demasiado estrés es malo para nuestra salud, pero un nivel adecuado de estrés es bueno para nuestra motivación e incluso mejora nuestro desempeño. Las nuevas experiencias nos llevan muchas veces a nuevos y desconocidos escenarios, lo cual nos genera incertidumbre. Hay personas que tienen una alta necesidad de emociones fuertes. Otras, no tanto. Sin embargo, cientos de experimentos en psicología han demostrado que incluso las personas introvertidas y con baja necesidad de emociones fuertes se benefician física y mentalmente al exponerse a nuevos entornos. Consejo: exponte de forma gradual a nuevos estímulos y escenarios. Visualiza la situación e imagina distintos escenarios, para que sepas con anticipación como reaccionar a ellos cuando los enfrentes.
5.- El placer que obtenemos cuando se nos otorgan recompensas explica muchas si no es que todas nuestras conductas. La investigación ha demostrado que generamos los niveles más altos de dopamina cuando no estamos 100% seguros de que obtendremos una recompensa al iniciar una determinada actividad. De esto se trata el último tipo de curiosidad. Tomar riesgos calculados tiene sus beneficios. Como dice el dicho, “el que no arriesga, no gana.” La clave aquí radica en analizar bien una situación y determinar si existe una posibilidad real de éxito. Los psicólogos hoy en día saben que una de las claves del bienestar pasa por establecer expectativas realistas y esto requiere asumir riesgos, pero de forma calculada y sensata.
El ritmo de vida actual en ocasiones hace difícil que salgamos de nuestra rutina. Quisiéramos que el día tuviera más horas; nos gustaría tener más energía para más actividades. La buena noticia es que para potenciar nuestra curiosidad y experimentar novedad no necesitamos necesariamente de esto. Algo tan sencillo como tomar otra ruta al trabajo puede hacer que nos percatemos de nuevos detalles. Probar un nuevo platillo puede ser la puerta de entrada a un nuevo mundo. Saludar a un colega puede ser el inicio de una nueva amistad. Cada uno de los tipos de curiosidad puede ser explotada a través de pequeños cambios. Como se mencionó anteriormente, necesitamos un poco de novedad dentro de lo familiar.
El día de hoy, para mí, un simple acto de curiosidad culminó en dos cosas que estoy seguro tendrán gran relevancia (al menos para mí): escribir este texto y repensar mis objetivos alrededor de mi actividad física. Mientras comía, revisé mi registro de carreras dentro de la app de Nike Run. Llamó mi atención una variable llamada “cadencia”, que tiene que ver con la cantidad de pasos que da uno por minuto mientras corre. Eso me llevó a explorar más sobre ese concepto y entender sus posibles repercusiones. A partir de mañana, tengo una nueva meta: subir mi cadencia. Esto me permitirá mejorar mi técnica de correr, bajar mis tiempos y prevenir lesiones. Después de este incidente, acabé de convencerme de escribir este texto, pues tenía tiempo que quería hacer una nueva contribución a mi columna. Espero que esta haya sido de tu agrado.